domingo, 11 de mayo de 2025

 

COMARCA DE MONTIEL y

LAS LAGUNAS DE RUIDERA



Un año. Todo un año largo, desde marzo de 2024, sin escribir nada en mi Blog. Si iniciar el comienzo de un nuevo relato siempre se me hace difícil, en esta ocasión mucho más, casi ni me acuerdo de dónde estaba el teclado. Esta tardanza en reanudar las historias de mis viajes tiene una razón muy sencilla y a la vez compleja. En julio del pasado año 2024 tuve un pequeño problema de salud que al cabo de tres meses acabó en una operación, fructífera, con un postoperatorio de varios meses hasta mi total restablecimiento, que, gracias a Dios, puedo decir en estos momentos, ya está superado. De modo que una de las primeras cosas en las que pensé una vez recuperado fue reanudar mis queridos viajes con la Hermandad de Jubilados de los ministerios de Economía, Comercio y Hacienda, y aquí me tenéis de nuevo dándole a la tecla.

LA COMARCA DE LOS CAMPOS DE MONTIEL

En esta ocasión vamos a comentar una excursión de un día a la Comarca de los Campos de Montiel, con visita a Villanueva de los Infantes, San Carlos del Valle y las Lagunas de Ruidera.

Teniendo en cuenta que teníamos muchos kilómetros de recorrido por delante, iniciamos nuestro viaje en dirección a Villanueva de los Infantes, a 220 Km de la capital de España, desde nuestra sede en Alberto Alcócer 2, Madrid, a las 08:00 horas. Éramos 35 los viajeros, con mayoría femenina por goleada, como siempre, 29 a 6. Formábamos parte de los excursionistas, haciendo memoria y dando por hecho que desgraciadamente me olvidaré de muchos, Pilar, la viuda de nuestro querido y recordado Jorge Baeza, del grupo de Viajes y que viene al frente de la expedición, Juan Carmona y su mujer Mª Victoria, Alfredo y Mª Antonia, Javier y su madre Merche, Rosalía, Ramiro… y quien escribe estas líneas, que echa de menos la compañía de su amigo Pedro García Mamolar al que le ha sido imposible unirse a los expedicionarios. Tampoco quiero olvidarme de Ana, de Paso a Paso, nuestra conocida agencia de viajes, que nos acompañará durante todo el día.

Como siempre hago, indico que mis fotos de este artículo están todas ellas realizadas por un teléfono Móvil Samsung Galaxy A40, y para la parte cultural de esta historia me he basado fundamentalmente en la Wikipedia, así como en la página web https://www.turismocastillalamancha.es además de todo lo relatado por el magnífico guía que nos acompañó durante todo el viaje, Jose, que además de ser un auténtico erudito fue muy cercano, agradable y simpático.

VILLANUEVA DE LOS INFANTES

Tardamos sobre tres horas y media en recorrer los 220 Km que separan Madrid de este maravilloso pueblo, con parada intermedia de una media hora para reponer fuerzas e ir a los baños.

Aquí se une a nosotros el guía Jose que ya no nos dejará hasta finalizar nuestra visita a las Lagunas de Ruidera.

Durante dos horas y media aproximadamente, desde las 11:30 hasta las 14:00 recorrimos el pueblo con la inestimable instrucción de nuestro fabuloso guía, que si pecó de algo, como buen hijo de Villanueva de los Infantes, fue el de extralimitarse en el tiempo instruyéndonos sobre las maravillas de la localidad.


Villanueva de los Infantes Pertenece a la provincia de Ciudad Real, cabeza de partido judicial y capital del Campo de Montiel; cuenta con una población de 4.785 habitantes en 2024 (INE).

Se sitúa a 92 Km de la capital de la provincia, Ciudad Real y a 220 Km de Madrid.

Está catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España desde el año 2017 y pertenece desde entonces a la asociación homónima.

El poblamiento de Villanueva de los Infantes parece derivar de la confluencia de las poblaciones medievales de La Moraleja, Jamila y el Castillo de Peñaflor.

La Moraleja fue aldea dependiente de Montiel hasta que se convirtió en villa independiente en 1421 gracias al privilegio dado por el maestre de Santiago e infante de Aragón, Enrique. Según Carlos J. Rubio, el maestre dio este privilegio con fines políticos y también dio a la villa el primer nombre de Villanueva del Infante, que no fue aceptado por los enemigos de Enrique. En 1480 el maestre don Alonso de Cárdenas acabó con la controversia al mandar que se llamase Villanueva de los Infantes en alusión a Enrique y sus hermanos.

La villa siguió creciendo y se proclamó capital del Campo de Montiel por Felipe II en 1573, momento en que se establecieron la vicaría y la Gobernación. Figuras como Santo Tomás de Villanueva, el humanista Bartolomé Jiménez Patón, el artista Francisco Cano o grandes iconos culturales como Quevedo, Cervantes y Lope de Vega convirtieron la villa en un importante foco cultural y espiritual.


La decadencia de la población se inició a mediados del siglo XIX, al ser desposeída de su antigua gobernación en 1834 y de la vicaría en 1875. En 1895 la regente María Cristina le concedió el título de ciudad y ya en el siglo XX, en 1974, fue declarada Conjunto Histórico-Artístico y en 2004 considerada “El lugar de la Mancha” de Don Quijote por un equipo de la Universidad Complutense liderado por el doctor en sociología, natural de Villanueva de los Infantes, Francisco Parra Luna.

Villanueva de los Infantes es Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico, pues se trata de una villa monumental en sí misma. Dispone de Oficina Municipal de Turismo para guiar a los visitantes por algunos de sus monumentos.

Principales puntos de interés

Nuestro guía comenzó a instruirnos acerca de esta hermosa localidad en la Plaza Mayor.


La Plaza Mayor está considerada una de las plazas mayores más bonitas de Castilla-La Mancha, no en vano está declarada Conjunto Histórico Artístico, con notables edificios como el Ayuntamiento, casonas blasonadas, galería porticada, el Hospital de Santiago, el Convento de Santo Domingo o la Iglesia de San Andrés Apóstol.

Fue un elemento clave del diseño urbano donde se instalaron las principales instituciones políticas y religiosas.


De principios del siglo XVII, tiene planta rectangular. Al sur, amplias balaustradas de madera sustentadas por zapatas. En los otros dos lados una sucesión de arcos de medio punto.

Pasamos a visitar a continuación la

Iglesia de San Andrés Apóstol. Fue construida en el siglo XVI sobre la antigua ermita de La Moraleja.


Muy interesantes son sus tres portadas, dos platerescas y la principal clasicista. Ésta se enmarca por un profundo arco de medio punto, posee dobles columnas dóricas sobre plinto que soportan un entablamento que a su vez sirve de base a un templete de columnas jónicas y frontón partido con el escudo de los Austrias y figura de San Andrés con la cruz aspada. Se fecha en 1612.


En el interior se aprecia una síntesis de estilos artísticos. Es un proyecto gótico de planta de cruz latina, dividida en tramos cubiertos por bóvedas de crucería y capillas laterales: la perteneciente a los Caballeros de la Orden de Santiago (de 1593); la capilla funeraria de los Bustos, la más antigua, donde estuvo enterrado durante 150 años Francisco de Quevedo; capilla de Santo Tomás (de 1668), y capilla del Santísimo de 1670. La torre es de estilo herreriano dividida en cuatro cuerpos y rematada por chapitel de pizarra. Fue construida en 1683 por Juan Ruiz Hurtado.


En 1955 se descubrió una cripta de gran interés datada en 1646, realizada en honor de Santo Tomás.

Su púlpito es un bello ejemplo plateresco totalmente recubierto de relieves en sus cuatro caras (con ánforas, ave fénix, esfinges, etc.).

Nos detenemos a continuación frente a la

Casa del Arco, del siglo XVII, familia Canuto-Gálvez de Ledesma. La fachada, construida a mediados del siglo XVII, es una de las de mayor belleza arquitectónica de la ciudad. Inscrita en una honda cimbra nos recuerda a la fachada de la Iglesia parroquial.


Perteneció a Juan Ortega Montañés, arzobispo y virrey de México, pariente de Santo Tomás de Villanueva.

Proseguimos nuestra visita a la


Casa de los Estudios, siglo XVI, fue colegio menor donde impartieron sus enseñanzas de Humanidades y Gramática, entre otros Bartolomé Jiménez Patón, insigne gramático que ejerció una fuerte influencia entre filósofos y escritores, y Pedro Simón de Abril, cuyas traducciones de los clásicos contribuyeron a la consolidación del castellano como lengua literaria y científica.


Su patio es uno de los más bellos de la localidad, destacando por su funcionalidad, sus proporciones, las bóvedas de arista del piso inferior, sustentadas sobre pilares de escasa altura, y la balaustrada de madera de color almagre del superior.

Nuestro siguiente punto de parada fue la

Casa del Caballero del Verde Gabán, siglo XVI, personaje del Quijote, que perteneció a don Diego de Miranda, y que según la tradición es la casa que aparece descrita por Miguel de Cervantes en el capítulo XVIII de la segunda parte de El Quijote.

La portada es adintelada con ménsulas sobre las jambas y enmarcada por columnas adosadas que soportan un entablamento completo. Fue casa de la Compañía de Jesús, como atestigua la cruz existente sobre su puerta.


Su situación, casi en esquina, permite el desarrollo de un balcón angular que se cubre con un alero de madera con canecillos de perfil partido.

Nos detenemos a continuación en la portada de lo que queda de la

Iglesia de las Dominicas de la Encarnación, siglo XVII, un convento de monjas dominicas fundado en 1598. Destaca la fachada-retablo de la calle de Cervantes con un altorrelieve de la Anunciación.

En la actualidad es un auditorio, y se encuentra acondicionado para tal menester.

En su fachada exhibe una serie de placas conmemorativas del estudio dirigido por Francisco Parra Luna que determinó que el lugar de la Mancha descrito en el Quijote se trataba de Villanueva de los Infantes.

Finalizamos nuestra visita a esta bella localidad en la


Celda de Quevedo, convertida hoy en museo. Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez de Cevallos pasó los últimos meses de su vida, ya muy enfermo, en esta localidad, alojándose en esta celda que visitamos con gran emoción, donde falleció el 8 de septiembre de 1645.


En 2009 sus restos fueron identificados en la cripta de Santo Tomás de la iglesia de San Andrés apóstol, conservándose hoy en día en un arcón.

 

SAN CARLOS DEL VALLE


A las 14:00 horas y ya con el tiempo más que justo nos dirigimos a este pequeño pueblo, municipio de la provincia de Ciudad Real con una población ligeramente superior a los mil habitantes, al que se suponía que íbamos a visitar antes de comer, pero dado que nuestro refrigerio estaba programado para las 14:30 llegamos a San Carlos del Valle con el tiempo justo para disfrutar de una comida fantástica.


Nuestro almuerzo. Se podía elegir tanto del primero como del segundo plato de tres opciones; quien escribe estas líneas se decantó de entrada por una lasaña rellena de carne de carrillada que estaba de “auténtica muerte”; de segundo lomos de bacalao con crema de apio, sensacional. De postre había helados y dulces y todo ello regado con vinos tinto y blanco, gaseosa La Casera y agua mineral Solán de Cabras. Lo dicho, un almuerzo fuera de serie.


Terminamos de comer pasadas las cuatro de la tarde con el tiempo justo para escuchar durante cerca de media hora a nuestro guía Jose en la Plaza Mayor ya fuera de la Hostería donde habíamos almorzado, que nos disertó sobre la propia Plaza Mayor así como la Iglesia del Cristo de San Carlos del Valle.


Plaza Mayor. Tiene forma rectangular, con 53 metros de largo por 21 de ancho, está rodeada de columnas de piedra que soportan pisos y galerías adornadas de balaustres de madera. Por su disposición es evidente que nace con una función de escenario de actividades colectivas y de reunir conjuntos numerosos de gente; es prácticamente un teatro barroco con forma de plaza central. En 1993 fue declarada Bien de Interés Cultural.


Iglesia del Cristo de San Carlos del Valle. Esta iglesia barroca se edificó entre 1713 y 1729. Tiene cuatro torres cada una con un chapitel madrileño típico y una cúpula central de gran altura de más de 28 metros en su interior, coronada por una aguda flecha chapitel de impronta norte-europea muy alta, que alcanza los 47 metros desde el suelo. En 1993 fue declarada Bien de Interés Cultural.

 

LAS LAGUNAS DE RUIDERA

Cuando finalizamos nuestra estancia en San Carlos del Valle nos dirigimos, a las cinco de la tarde con el tiempo más que justo, a las Lagunas de Ruidera, donde únicamente pudimos acercarnos a un mirador desde el que se contemplaba un maravilloso panorama.


El Parque Natural de las Lagunas de Ruidera se ubica en el Alto Valle del río Guadiana y sirve de límite provincial a Ciudad Real y Albacete.

Consta de un complejo de 15 lagunas, caracterizado por las caídas de agua que conectan unas lagunas con otras a lo largo de 25 Kilómetros.

El desnivel existente entre la primera laguna denominada La Blanca, y la última, La Cenagosa, es de 120 metros.


Se considera uno de los espacios naturales húmedos más interesantes y bellos de la Península.

Regreso a Madrid

A las 17:30 iniciamos nuestro viaje de regreso hacia Madrid a donde arribamos a las 20:30 tras hacer una parada en el camino para reponer fuerzas e ir a los baños.

Quien suscribe estas líneas, situado frente a la puerta trasera del autobús, en cuanto se abrió ésta salió de estampida y tras cruzar el Paseo de la Castellana pudo coger un taxi en la parada que se encuentra en la plaza de Cuzco y poco antes de las 21:00 horas estaba en casa, donde lo primero que hice tras comunicar a mis hijos que me encontraba sano y salvo, fue darme una ducha reparadora y descansar antes de tomarme un yogur por toda cena.

El corolario final puede resumirse en que resultó una excursión fantástica, aunque ciertamente cansada por los muchos kilómetros que tuvimos que recorrer y las horas pasadas en el autobús, pero todo mereció la pena. No quiero acabar estas líneas sin agradecer de nuevo al Grupo de Viajes de la Hermandad, representado hoy por Pilar, así como a Ana de Paso a Paso Viajes, lo bien organizada que estuvo nuestra excursión. Un éxito.

Juan José Alonso Panero

Las Rozas de Madrid, 11 de mayo de 2025