sábado, 29 de junio de 2019


EL PIRINEO OSCENSE


De nuevo en la brecha tras medio año sin viajar con la Hermandad de Jubilados de los ministerios de Comercio, Economía y Hacienda por diversas circunstancias. Unas veces por unas causas y otras por otras, el caso es que tenía abandonado mi Blog desde el mes de noviembre del pasado año 2018.




Cuando vi el programa de la excursión al Pirineo oscense, y tras hablarlo con mi amigo Pedro, no lo dudamos y nos apuntamos al viaje, cuyas vicisitudes iré desarrollando cronológicamente en este nuevo relato.


Antes que nada, y como siempre hago, indico que las fotos de esta historia están todas hechas con una Leica M9-P digital con un solo objetivo Leica, ELmarit 28mm f/2,8, excepción hecha de las imágenes de los dos últimos lugares que visitamos, Barbastro y Zaragoza, tomas que están hechas con mi teléfono móvil, ya que decidí que guardaría la cámara en la maleta que quedó depositada en el maletero del autobús. También inserto algunas fotografías realizadas por nuestro guía Jaime y por la compañera de la Hermandad Pilar.


En cuanto a la parte cultural del relato, me he servido para describir los lugares y monumentos visitados de tres fuentes: la directa de los guías que nos acompañaron, los folletos editados por diversas corporaciones locales y la Wikipedia. Dicho todo lo cual, vamos ya a dar comienzo a nuestra nueva historia.

Lunes, 17 de junio de 2019

Salimos de nuestra sede en Alberto Alcocer a las 09:15 con un retraso de 15 minutos a causa de una pasajera que no aparece. Más tarde nos enteraríamos que ella pensaba que estaba en lista de espera y aduce que no recibió ningún mensaje de la Hermandad.

Echamos de menos la presencia de Elena, Jorge y Pilar, siempre fundamentales en la organización de nuestros viajes y desgraciadamente, ya sin solución, la de nuestra querida vocal de Cultura, Maribel, que falleció recientemente. Descanse en paz.

Somos 17 los viajeros, 13 damas y 4 caballeros (en realidad 16 porque mi amigo Pedro se une a nosotros en el hotel de Huesca ya que ha quedado allí para comer con su hermano y su cuñada que viven en una localidad cercana). Llevamos para todo el camino de guía a Jaime, de Ideatur, la agencia que organiza la excursión. El conductor, joven y muy bueno, es Esteban. Disponemos de un minibús previsto para 24 plazas, de modo que vamos muy cómodos.

Hacemos una primera parada técnica a la hora y media de camino para tomar café e ir a los baños, y con posterioridad llegamos a

CALATAYUD


sobre las 12:30. Aquí nos dan tiempo libre hasta las 13:15 para visitar la localidad.


Calatayud es una ciudad de la provincia de Zaragoza que cuenta con 20.000 habitantes. Aquí, en este punto, creo que podría escribir algo que seguramente todos los que me leen conocen, y hago referencia a la famosa copla de la Dolores, que puso el nombre de Calatayud en un lugar de privilegio.



Dimos un corto paseo y visitamos en su exterior la colegiata de Santa María, Patrimonio de la Humanidad desde 2001, con una magnífica portada plateresca concebida a modo de retablo y labrada en alabastro; es obra de Juan de Talavera y del francés Esteban de Obray.


También visitamos la iglesia de San Juan el Real del siglo XVII construida por los jesuitas y dedicada originalmente a la virgen del Pilar. Cuando los jesuitas fueron expulsados de España se dedicó a San Juan.

Luego nos dirigimos al mesón La Dolores. Comenzamos la comida sobre las 13:30, de primero migas con huevo frito chorizo y morcilla y de segundo un redondo en su salsa con patatas panaderas y pimientos. Vino tempranillo de Calatayud y de postre un flan.

HUESCA

Salimos sobre las 15:00 en dirección a Huesca donde llegamos cerca de las 17:00. Huesca, capital de la provincia homónima perteneciente a la Comunidad Autónoma de Aragón, contaba en 2018 con 52.000 habitantes.

Aquí nos encontramos con la guía local, muy buena, María José. Primero nos enseñó el monasterio de San Pedro el Viejo, luego la catedral de Huesca y por último el ayuntamiento donde nos relató la leyenda de la campana de Huesca.


La iglesia de San Pedro el Viejo es un monasterio románico del siglo XII que incluye claustro y panteón real de los reyes de Aragón (Alfonso I el Batallador y Ramiro II el Monje). La torre es de planta hexagonal de fines del siglo XIII y está ubicada en el casco antiguo de la ciudad. Alberga en su interior las pinturas murales del siglo XIII, la sillería del coro del siglo XVI y el Retablo Mayor de principios del siglo XVII. Es Monumento Nacional desde 1885.



La Catedral, dedicada a Santa María es de estilo gótico construida en el siglo XIII y terminada en el siglo XVI. Se alza sobre un antiguo templo romano y sobre la antigua mezquita de la que tan solo queda un arco de herradura en la zona de claustros. Durante el siglo XVII se siguió renovando el edificio sustituyendo retablos, capillas y sepulcros medievales por otros de estilo gótico y barroco.



Fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1931. En 1936 durante el cerco republicano de la ciudad se destruyó el chapitel que elevaba la torre un tercio más y le daba un aspecto más gótico. Es sede del obispado de Huesca y del Museo Diocesano de Huesca.


El Ayuntamiento es un claro ejemplo de casa consistorial aragonesa del renacimiento aragonés. El edificio se construyó en el siglo XVI frente a la catedral. En 1577 el maestro de obra Miguel Altué hizo una reforma casi total de la casa, de la cual formaron parte el Patio y el Salón de Sesiones que hay actualmente. 



En ella se encuentra el famoso cuadro La Campana de Huesca, obra de José Casado del Alisal, propiedad del Museo del Prado y expuesto en el Ayuntamiento, cuya leyenda cuenta cómo Ramiro II el Monje, rey de Aragón, decapitó a doce nobles que se opusieron a su voluntad. La historia es parte del acervo popular en Aragón, especialmente en la ciudad de Huesca.

Acabamos nuestra visita más que interesante, y sobre las 19:00 horas llegamos al hotel Abba, 4 estrellas, donde me han dado la habitación 302, estupenda, muy amplia con un baño fenomenal. Pedro, que llegó al hotel por su cuenta antes que nosotros tiene la 311. En unión de mi amigo nos tomamos una cerveza yo y una tónica él en el bar del hotel.

Creo que este es el punto para señalar que el bufé del hotel para el desayuno se mostraría espléndido y las cenas francamente buenas.

Subí a la habitación, deshice la maleta y me preparé para la cena que iba a tener lugar en el hotel a las 21:00 horas, y así sería todos los días durante nuestra estancia en Huesca.

Cenamos de primero una sopa castellana muy rica y de segundo un lomo de trucha asalmonada fabulosa, sin una sola espina, con guarnición de pisto y de postre arroz con leche. Vino somontano elaborado con cabernet sauvignon y merlot, Viñas del Vero, muy rico.

Martes 18 de junio de 2019

PARQUE NACIONAL DE ORDESA


Salimos del hotel a las 08:45 en dirección al parque nacional de Ordesa. Hicimos una primera parada en la población de Torla, donde vimos un audiovisual de unos 15 minutos sobre el parque nacional, fuimos a los baños y nos dirigimos al autobús; llegamos a Ordesa sobre las 11:30.



El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido está ubicado en el Pirineo oscense, íntegramente en la comarca del Sobrarbe. Recibe una media de más de 600.000 visitantes al año. Su superficie ocupa 15.608 hectáreas. Su altitud oscila entre los 700 m. en el río Bellós y los 3.348 m. del Monte Perdido.



Es el segundo Parque Nacional más antiguo de España tras ser declarado en 1918, y en 1997 se convirtió en Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.




Aquí estuvimos dando un gran paseo durante un par de horas, con un total de algo más de 2 Km. El parque es realmente espectacular. No pudimos ver la famosa cascada cola de caballo que distaba casi 8 Km. y nos tuvimos que contentar con ver otra cascada de lejos. Jaime nos tomó varias fotos al grupo.





A las 13:00 estábamos de vuelta al pueblo de Torla y Pedro y yo nos tomamos unas cervezas y dimos un paseo por el pequeño pueblo que daba la sensación de estar dormido, hasta las 13:30 en que nos recogió el autobús.



Fuimos a comer al lado de Sabiñánigo cerca de las 15:00, de primero patatas con bacalao que estaba bastante bueno aunque hubo varias señoras que protestaron y lo dejaron; de segundo merluza con gambas muy soso que dejaba mucho que desear; de postre un pudin de membrillo con nata. Vino tinto de la casa bastante aceptable.


Acabamos de comer sobre las 16:00 y a las 16:15 estábamos en Sabiñánigo. Pedro y yo nos fuimos a tomar unos cafés y se nos unieron Jaime, el guía y Esteban el chofer. A las 17:00 estábamos todos en el autobús.

Llegamos al hotel sobre las 18:00. Aproveche el tiempo que tenía hasta la cena para tomarme un pequeño descanso en la habitación.

Cenamos a las 21:00 de primero judías verdes con jamón y patatas y de segundo entrecot de pollo deshuesado con patatas fritas; de postre una mousse de chocolate. El mismo vino de ayer.

Aquí tengo que precisar que tanto en la cena de ayer como en la de hoy, nos acompañaron en la mesa, Laura y Encarna, que son hermanas, Mari Carmen que es su prima y mi vecina de Las Rozas, y Pilar.

Miércoles, 19 de junio de 2019

SAN JUAN DE LA PEÑA

Salimos del hotel a las 09:00. Vamos a San Juan de la Peña. Tardamos unas dos horas en llegar.

Fuimos  primero al llamado Monasterio Nuevo.


Como consecuencia del terrible incendio acaecido en el monasterio original en 1675, se tomó la decisión de construir un nuevo monasterio. Su emplazamiento se eligió en un lugar próximo, el conocido como Llano de San Indalecio, una bella pradera asentada sobre la gran roca que reunía condiciones idóneas para comenzar una nueva vida.


La construcción de la nueva fábrica se inició en 1676. A lo largo de sus obras, prolongadas hasta los primeros años del siglo XIX, los monjes contaron con el asesoramiento de numerosos profesionales, siendo fundamental la labor del arquitecto zaragozano Miguel Ximenez, quien diseñó este conjunto monástico. La traza del edificio constituye uno de los ejemplos más perfectos y evolucionados de la arquitectura monástica en la Edad Moderna, por su simetría, por la multiplicación de sus claustros y por la organización racional que poseía el proyecto original, que lamentablemente nunca se pudo llevar a cabo en su totalidad.


La fachada de la iglesia es uno de los aspectos más interesantes del monasterio barroco. Destaca especialmente su exuberante decoración vegetal. En sus hornacinas se incluyen tres santos muy vinculados con los monjes que vivieron entre estos muros: San Juan Bautista, patrón de esta comunidad, en la portada central, San Indalecio a la izquierda, como advocación de la pradera donde se asienta, y a la derecha San Benito, fundador de la orden monástica que se profesaba en San Juan de la Peña.


Como consecuencia de la desamortización de Mendizábal, las dependencias fueron abandonadas en 1835, y desde entonces el edificio comenzó a deteriorarse progresivamente quedando, ya a mediados del siglo XIX, en un lamentable estado de ruina.




Tras una profunda rehabilitación, acometida por el gobierno de Aragón, el Monasterio Nuevo alberga en su interior el Centro de Interpretación del Reino de Aragón, el Centro de Interpretación del Monasterio de San Juan de la Peña y una Hospedería, perteneciente a la Red de Hospederías de Aragón, con categoría de hotel de cuatro estrellas.


Aquí, estuvimos visitando el interesante Centro de Interpretación, y con el exterior de la fachada de la iglesia de fondo nos hicimos la foto del grupo expedicionario. Nos dirigimos a continuación al llamado Monasterio Viejo, situado a un par de kilómetros del nuevo.

Monasterio de San Juan de la Peña




El Real Monasterio de San Juan de la Peña, situado en Bataya, al suroeste de Jaca, en un enclave extremadamente singular, fue el monasterio más importante de Aragón en la Alta Edad Media. En su Panteón Real fueron enterrados un buen número de reyes de Aragón.



Probablemente existiera algún tipo de cenobio anterior al siglo XI, pero la construcción de mayor importancia empieza en 1026 por iniciativa de Sancho el Mayor. En el año 1071 el rey Sancho Ramírez cede el conjunto existente a los monjes cluniacenses y favorece su reforma. En este momento se levanta el conjunto que hoy queda, en mayor o menor medida. La reforma benedictina de Cluny no podía obviar la construcción de un claustro que se finalizará ya entrado el siglo XII.


Al costado opuesto del Panteón de Nobles, frente al muro de la epístola de la iglesia superior, fue habilitado el claustro: sin duda, es el más relevante de cuantos restos se han conservado del primitivo monasterio, tanto por su propio valor artístico, como por su genuina apariencia que lo convierten, por méritos propios, en una pieza única (Arteguías).


En el piso superior se encuentra el Panteón Real. En él, durante cinco siglos se enterraron algunos de los monarcas de Aragón y de Navarra. Su aspecto actual data del siglo XVIII. Alberga los restos de los tres reyes iniciales de la dinastía ramirense, Ramiro I, Sancho Ramirez y Pedro I junto con sus esposas.


Según la leyenda española sobre el Santo Grial, este permaneció en el monasterio, después de pasar por diversas ubicaciones como la cueva de Yebra de Basa, monasterio de San Pedro de Siresa, iglesia de San Andrés de Sásabe, San Pedro de la Sede Real de Bailo y la catedral de Jaca, desde 1071 hasta 1399.


La necesidad de atraer a los peregrinos a Santiago que pasaban por el cercano camino de Jaca al Monasterio de San Juan de la Peña, aconsejó que en él se ubicara la reliquia. En 1399 el rey Martín I se llevó el vaso sagrado al palacio de la Aljafería de Zaragoza donde estuvo más de veinte años acompañando al rey y posteriormente se trasladó a la Catedral de Valencia.


El primer lugar en España donde se celebra con el rito Romano es en el Reino de Aragón en el monasterio de San Juan de la Peña en 1071, durante la estancia del Santo Cáliz en el monasterio y a continuación se oficializa en el resto del reino, sustituyendo al rito mozárabe.


En 1889 se le otorga el título de Monumento Nacional que en 1920 es completado con la declaración por parte del rey Alfonso XIII como Sitio Nacional, y ya en 2004, el Gobierno de Aragón completa su declaración como Bien de interés cultural con la protección del conjunto monástico y su entorno.

Aquí, en el Monasterio Viejo nos atendió una guía, Silvia, francamente buena que nos explicó muy bien los avatares del monasterio y del reino de Aragón. ¿Qué más puedo decir? Creo que todos los expedicionarios acabamos realmente encantados de esta visita, auténticamente espectacular en todos los sentidos.




Hicimos una pequeña parada a unos dos o tres kilómetros, en Santa Cruz de la Serós, para visitar la iglesia románica de Santa María. Fueron solo unos minutos que merecieron la pena, pues el bonito templo valía sobradamente la visita.



JACA

Salimos de allí para comer en Jaca, de primero alubias con chorizo al estilo de la abuela, sensacional, y los que no quisieron, ensalada tradicional, y de segundo un estofado de carne con patatas que dejaba algo que desear; de postre manzana asada con nata.


Estuvimos paseando por Jaca desde las 15:15 hasta las 16:00, y durante este tiempo recorrimos la calle Mayor y visitamos la Catedral de Jaca solo en su exterior, ya que estaba cerrada.

Catedral de Jaca


La catedral de San Pedro de Jaca (Huesca), es una de las construcciones más características y antiguas del románico en España. Comenzó a construirse casi al tiempo que la de Santiago de Compostela en el último cuarto del siglo XI como sede episcopal y cabeza del Reino de Aragón por iniciativa del rey Sancho Ramírez, que había obtenido el vasallaje vaticano tras su viaje a Roma en 1068, a resultas del cual se le concedió la sede episcopal.


El edificio conserva la estructura y configuración románica, con planta basilical, varios ábsides y dos puertas de acceso (la de la Plaza de San Pedro, donde antiguamente había un monasterio homónimo, y la puerta meridional, que en siglo XVI se dota de pórtico, vinculada a la Plaza del Mercado), así como una cúpula.


De la cabecera románica primigenia, solo puede apreciarse en adecuado estado de conservación el meridional, pues el septentrional se modificó en su superficie ya que se le añadió una vivienda.


Salimos de Jaca a las 16:00 en dirección a Loarre. Durante el camino hasta Loarre pudimos admirar desde el autobús Los Mallos de Riglos, monumentos geológicos, espectaculares y enormes cilindros de conglomerado, inmejorables para la práctica de la escalada y avistamiento de rapaces. 



Nuestra compañera Pilar fue capaz de realizar una preciosa foto, que inserto, desde el interior del autobús.

CASTILLO DE LOARRE


El castillo de Loarre es un castillo románico situado en la localidad del mismo nombre, provincia de Huesca.



Desde su posición se tiene un control sobre toda la llanura de la Hoya de Huesca y en particular sobre Bolea, principal plaza musulmana de la zona y que controlaba las ricas tierras agrícolas de la llanura. Fue construido en el siglo XI y presenta un buen estado de conservación, lo que hace que sea uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar y civil del románico en España. Fue denominado Monumento Nacional en 1906. En la actualidad cuenta con el estatus de bien de interés cultural. Las instituciones regionales y comarcales están interesadas en promover declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.




El castillo se asienta sobre un promontorio de roca caliza que utiliza como cimientos. Esto suponía una gran ventaja defensiva, ya que así los muros no podían ser minados, técnica habitual en el asedio de fortalezas, que consistía en construir un túnel por debajo del muro para después hundirlo y así abrir la brecha por la que asaltar. Además está rodeado por una muralla con torreones.





El castillo está en bastante buen estado de conservación y está considerado como la fortaleza románica mejor conservada de Europa. Destacan la pequeña capilla, la cripta de Santa Quiteria, situada a la entrada (con una increíble acústica, que pudimos comprobar en persona) y la majestuosa iglesia, en la que llama la atención la cúpula por lo poco habitual que es en el románico.


En este castillo se han rodado varias películas y series de televisión, siendo una de las primeras, en 1982, Valentina, protagonizada por Jorge Sanz y Anthony Quinn y dirigida por Antonio José Betancor basada en la novela del aragonés Ramón J. Sender, Crónica del Alba.

También se rodaron aquí El reino de los cielos (2005) dirigida por Ridley Scott, y Miguel y William (2006).

Llegamos al castillo de Loarre sobre las 17:30. Primero vimos un audiovisual y luego visitamos el castillo con una guía, Lorena, joven, muy buena. Nos explicó detalladamente todo lo que he escrito con anterioridad. Acabamos cerca de las 19:00 cansados pero contentos del día pasado.

La climatología, como en días anteriores había sido muy buena, entre 25 y 30 grados, calor pero soportable.

La cena de esta noche en el hotel, a las 21:00 como siempre, canelones de primero y merluza rellena en salsa verde de segundo y de postre tarta de san Marcos.

Antes de acostarme llamé a mi hija Marisa para felicitarla, pues cumplía hoy años.

Jueves, 20 de junio de 2019

El tren de Artouste


Hoy tocaba levantarse temprano. Salimos del hotel a las 08:00 en dirección a Francia. El tiempo sigue siendo bueno, aunque ya se atisba algún barrunto de lluvia. Llegamos a Laruns sobre las 10:00 horas.


El plan consistía en coger primero una telecabina que nos subiría a casi 2.000 metros de altitud donde disfrutaríamos del recorrido de 10 Km que efectúa el llamado trenecito de Artouste, el tren turístico más alto de Europa, a través de la cordillera pirenaica. A las 10:30 hemos subido a la telecabina para dirigirnos al tren que cogimos a las 11:00.





Transitamos durante unos 50 minutos por un escenario mágico, aunque desgraciadamente nos acompañaba una niebla que en algunos momentos era muy espesa y aclaraba en otros, aunque la realidad es que no pudimos disfrutar del increíble paisaje que se adivinaba si hubiéramos tenido un tiempo claro. En cualquier caso, fue un espectáculo grandioso.




Afortunadamente nos habíamos abrigado en condiciones pues sabíamos que a 2.000 metros de altitud la climatología es severa y el tiempo muy frío. Aunque nos acompañó la niebla, el lado positivo es que la lluvia, que amenazaba, no acabó de cuajar durante nuestro recorrido en tren. Llegamos a nuestro destino a las 12:00, tomamos café y fuimos a los baños. Aquí, una parte de la expedición, la más valiente, de la cual tengo que decir que no formé parte, subió durante unos 20 minutos a una pequeña montaña desde donde se podía admirar el hermoso lago de Artouste. A las 13:15 iniciamos el regreso.


Sobre las 14:00 horas estábamos ya en el llano comiendo en Laruns, de primero una sopa de verduras muy rica y de segundo trasero de pollo con unas patatas fritas estupendas. De postre tarta de manzana.

Tras un pequeño descanso, salimos de allí sobre las 16:00 y pasamos por  Formigallos pueblos de Panticosa y Biescas. En Biescas me acordé mucho de mi querida amiga Soco, natural de allí, y a la cual durante muchos años escuché tantas veces hablar de Biescas. La verdad es que mi idea de esta localidad se aproximaba a un pueblo clásico perdido entre montañas, y descubrí una ciudad cosmopolita con fantásticas construcciones de chalets y urbanizaciones. Fue una auténtica sorpresa.

Estación de Canfranc

Seguimos nuestro camino en dirección a la estación de tren de Canfranc, donde llegamos poco después de las 17:30 y a las 18:00 hicimos una visita con un guía que si tengo que calificarle con algún adjetivo, creo que el apropiado sería el de patán. Era el clásico individuo que se cree muy gracioso y no tenía ninguna gracia, a lo cual se añadía que sus explicaciones sobre la historia de la estación dejaban mucho que desear.


De la Web mipirineo.com entresaco la información que indico y que tan mal explicada nos fue por el guía que sufrimos.

La estación internacional de Canfranc encuentra su origen en la voluntad de unir Francia y España atravesando los Pirineos por Somport. Para ello, ambos países firmaron varios convenios, el primero en 1904.


En 1915 se concluyeron las obras del túnel ferroviario. En 1923 se iniciaron las obras de la estación siguiendo el proyecto del ingeniero Ramírez de Dampierre.

Tras cinco años de obras, en 1928, se inaugura oficialmente en presencia del rey Alfonso XIII y del Presidente de la República Francesa Gaston Doumergue.

El edificio de la estación de Canfranc es de planta alargada y estructura simétrica y tiene 241 metros de largo. Su aspecto exterior sigue modelos de la arquitectura palacial francesa del siglo XIX.


Durante la II Guerra Mundial, entre 1940 y 1944, se registró un comercio importante, pasando por la estación un tráfico notable con Alemania de hierro, cinc y wolframio, registrándose en Canfranc-Estación transportes de oro, en pago por estos minerales.

La baja tensión en la catenaria fue una de las causas del origen del accidente de un tren que provocó el hundimiento del puente de Estanguet en 1970. El tráfico ferroviario se suspendió “provisionalmente”, pero todavía no se ha restablecido. Fue cerrada definitivamente en 1973.


Aunque pueda ser pesado, debo decir para finalizar este apartado, que “pese” al guía, la visita fue interesante. Salimos sobre las 19:15 y llegamos al hotel sobre las 20:30.

La cena de esta noche consistió en un primer plato de acelgas con patatas y jamón, muy ricas y de segundo flamenquines; de postre helado de frambuesa y nata. El mismo vino de siempre.

Viernes, 21 de junio de 2019

Decidí dejar la Leica a buen recaudo en la maleta y pensé que me las arreglaría con mi nuevo móvil para la toma de fotografías; el resultado ha sido irregular, pues está claro que aún necesito practicar mucho si quiero hacer algo medianamente aceptable con el móvil.

Subimos las maletas al autobús a las 08:50 y a las 09:00 estábamos de viaje hacia Barbastro a donde llegamos poco antes de las 10:00.


Aquí, mi amigo Pedro departió nuevamente con su hermano y cuñada mientras el resto de expedicionarios tomamos unos cafés en una terraza hasta las 10:40 en que entramos a la catedral que nos enseñó una guía fuera de serie, realmente extraordinaria, María, que también nos mostró el museo diocesano. 50 minutos para la catedral, muy hermosa y otros 50 para el museo.

La catedral de Barbastro


La actual catedral de Barbastro se construyó entre los años 1517 y 1533 y fue financiada por el Consejo de la Ciudad con el objetivo de edificar un magnífico edificio que contribuyera a recuperar para la ciudad la categoría de sede episcopal que había perdido en 1149. Esta condición la recuperó en 1573.


Si bien los elementos formales son góticos, la concepción del espacio interior está mucho más próximo a la nueva estética del renacimiento. Las seis hermosas columnas que sustentan las tres naves, con unos 15 metros de altura, continúan en arcos y nervios formando bóvedas de crucería estrellada sin cúpula ni crucero. Intervinieron los arquitectos Juan de Segura y Juan de Sariñena.


El retablo mayor dedicado a la Asunción de la Virgen está realizado en alabastro y madera policromada. Parte del basamento es obra de Damián Forment, el mejor maestro escultor que hubo en la Corona de Aragón en el siglo XVI. Su discípulo Juan de Liceyre completó el conjunto.

A ambos lados del altar mayor se levantan otros dos retablos, uno del siglo XVII, dedicado a San Ramón, obispo de Barbastro, y otro realizado en el siglo XVIII por el escultor barbastrense Antonio Malo dedicado a San Pedro Apóstol.



Entre los siglos XVII y XVIII, familias nobles de la ciudad, obispos, personajes relevantes de la curia y diversas cofradías, ampliarían las capillas de la Seo dotándolas de magníficas portadas. De todas ellas destacan las dos abiertas a los pies: la del Santo Cristo de los Milagros y la antigua capilla de San Carlos Borromeo, ambas construidas en la primera mitad del siglo XVIII en estilo barroco. En esta última yace el cuerpo incorrupto del obispo Florentino Asensio Barroso, asesinado durante la guerra civil de 1936-1939.

En este punto, y hablando de la guerra civil, debo señalar lo que nos apuntó nuestra guía María, y es que las consecuencias de la contienda civil española fueron funestas para la catedral, que sufrió daños, en algunos casos irreversibles, como consecuencia de la barbarie.

Finalizada la visita a la catedral, la efectuamos al Museo Diocesano, realmente interesante, y que nos fue explicado por María con la misma precisión que la catedral.

Regreso


Salimos sobre las 12:30 en dirección a Zaragoza, a donde llegamos cerca de las 14:00 y poco después estábamos comiendo en un restaurante muy cerca de la basílica del Pilar, de primero un arroz a la aragonesa, verduras y algo de carne, y de segundo una merluza relativamente aceptable. De postre una especie de tarta de chocolate.


Acabamos sobre las 15:00 y tuvimos una hora de tiempo libre que Pedro y yo utilizamos para tomarnos un café en una terraza frente al Pilar y en visitar la basílica. A las 16:00 estábamos en el punto de encuentro, la bola del mundo.


Si ayer tuvimos problemas con la salud de dos pasajeros, ella y él, hoy continuaron agravados en la salud del compañero que insistía en quedarse en Zaragoza. Finalmente, entre todos, le convencimos para que siguiera viaje a Madrid, hacia donde salimos a las 16:35. Tras una parada técnica para ir al baño y tomar café, llegamos a nuestro destino madrileño a las 20:30.

Cogí un taxi en unión de mi vecina roceña Mari Carmen y llegamos a casa que no eran aún las 21:00; a ella la vino a recoger su hijo Emilio.

Antes de terminar, dos palabras acerca de Ideatur, la agencia organizadora del viaje. Podemos decir sin temor a equivocarnos, que todo fue sobre ruedas y se cumplió el programa al milímetro tal como estaba previsto. Un gran hotel y unas comidas en general buenas. En cuanto a la cabeza visible de la agencia en nuestra excursión, tanto el guía Jaime como el conductor Esteban, demostraron ser unos grandes profesionales, además de tener un trato exquisito. Si tuviera que poner nota, sería un sobresaliente.

Final de un viaje que debo calificar de estupendo en todos los sentidos. Salvo algún pequeño incidente, como el de los malestares de los compañeros citados, todo fue perfecto y lo pasamos realmente bien. En lo que a mí respecta, no conocía ninguno de los parajes visitados (a excepción de Zaragoza) y todo me pareció precioso, así que con estas palabras finalizo este relato, que espero tenga continuación muy próximamente.

Las Rozas de Madrid, 29 de junio de 2019

Juan José Alonso Panero