martes, 16 de noviembre de 2021

 

LA ALCARRIA

TRAS LAS HUELLAS DE CAMILO JOSÉ CELA


Jueves, 11 de noviembre de 2021. Un nuevo viaje, esta vez de solo un día, con la Hermandad de Jubilados de los ministerios de Comercio, Economía y Hacienda. Vamos a visitar La Alcarria, y en concreto dos pueblos de la misma, Trillo y Gárgoles de Abajo.


Salimos a las 09:08, tenemos 136 Km hasta Trillo (Guadalajara), nuestro primer punto de destino. Somos 34 expedicionarios con Elena Romero, nuestra Vocal de Viajes al frente. Forman parte de la expedición, además, Merche, Rosalía, Sagrario, Trini, Carmina, Pilar Cerrada, Pedro García Mamolar y quien suscribe estas líneas. Hay bastantes caras nuevas que nunca había visto antes.


Como hago siempre, indico que las fotos que adornan este reportaje están todas hechas con un teléfono móvil Samsung Galaxy A40, y para la parte cultural me he servido de lo que nos reseñó nuestra guía, así como de la Wikipedia y de un artículo de Julio Martínez en la web henaresaldía.com

Trillo

Llegamos a Trillo poco antes de las 11:00. Nos dirigimos a reponer fuerzas con un café y a la cita con los baños.

Hemos quedado con la que va ser nuestra guía, la Srta. Niba, a las 11:30. Vestida de época, inicios del siglo XX, nos va a ir reseñando la historia de los lugares que recorreremos, intercalando a la vez la leyenda de sus antepasados, centrada en su abuela, de las que nos lee en cada parada que efectuamos trozos de un supuesto diario, a la vez que nos muestra fotos de época.


Tal como he comentado, y a fin de conocer un poco mejor a la Srta. Niba, incluyo un corto artículo de Julio Martínez de 3 de julio de 2020  en la web henaresaldía.com

Querido lector: Si un día llega a Trillo y se encuentra a una joven ataviada bajo los cánones de inicios del siglo XX, no se extrañe. Se trata de la Señorita Niba. Ella es la protagonista de una novedosa iniciativa, basada en la inmersión en la historia local a través de un viaje en el tiempo. Durante algo más de una hora, esta profesional explica los detalles monumentales de la villa. Y lo hace engalanada con indumentaria de época, a la vez que muestra fotografías centenarias del municipio. Así, el viajero puede observar las transformaciones habidas en este pueblo a lo largo de los últimos decenios, al mismo tiempo que aprende la historia. Todo un lujo.

La responsable de dar vida a la Señorita Niba es Miriam Batanero, una joven trillana que ha consagrado parte de su experiencia profesional a la dinamización turística. Además, cuenta con conocimientos de interpretación y danza, lo que la impulsó a hacer algo diferente. Busca transmitir la riqueza patrimonial de la localidad de manera original, sumergiéndose en lo pretérito. "Sobre todo en un pueblo como Trillo, que tiene tanta historia escondida", explica.


Para ello, aprovechó una colección de fotografías antiguas de la localidad –realizadas a inicios del siglo XX- que estaba en su poder. “Comenzamos a dar vueltas sobre cómo podía ser el personaje y, de esta forma, ofrecer una visión diferente”, rememora Batanero. Así surgió la idea. La protagonista aparece caracterizada como una chica de los años 20. Un trabajo en el que también se ha involucrado la madre de Batanero, encargada de analizar la indumentaria.

Se trata de una actividad innovadora. Tras una primera presentación, la Señorita Niba relata –a lo largo de una docena de paradas- el pasado de la localidad, haciendo –igualmente- algunas menciones a su abuela, otro de los referentes en sus relatos. De hecho, estas alusiones son la “adaptación de una historia personal. Así, hago un homenaje a mi abuela y a tantas otras mujeres que no lo tuvieron nada fácil en aquellos tiempos. Y que, a pesar de ello, salieron adelante con coraje y determinación”, confirma Batanero.


En definitiva, se repasa “el antes y el después de Trillo”. Algo que se hace de la mano de una serie de relatos e instantáneas históricas, que –tras ser mostradas- permiten comprender visualmente la evolución de la localidad. En cada una de las paradas del recorrido se escucha un <capítulo> del relato. “La gente se va quedando con mucha intriga”, confirman varios participantes en la propuesta.


El tiempo climatológico que nos acompaña es fabuloso, sol radiante, ni una nube y una temperatura sobre los 17 grados.

Antes de seguir adelante, una pocas palabras acerca del pueblo que visitamos: Trillo es un municipio español de la provincia de Guadalajara, situado a orillas del río Tajo, en la comarca de La Alcarria. Cuenta con una población de 1.335 habitantes. Se encuentra a 81 Km de la capital provincial y a 136 Km de Madrid.

Ya en la época romana Trillo era una población conocida, estando situada en la región fronteriza de Carpetania y Celtiberia. Su poblamiento se consolidó tras la Reconquista –a finales del siglo XI siendo monarca Alfonso VI el Bravo- cuando pasó a formar parte del Común de la Villa y Tierra de Atienza, rigiéndose por su fuero.


En 1325, el infante Don Juan Manuel construyó el castillo cuyas ruinas coronan el núcleo. A mediados del siglo XV pasó a la jurisdicción de los Condes de Cifuentes, hasta que en 1630, Trillo fue declarada villa con jurisdicción propia.

Durante siglos fue una próspera villa. Su decadencia llegó a principios del siglo XVIII con la Guerra de Sucesión. Se talaron sus montes y plantíos, se destruyeron ganados y colmenas, y fueron quemadas más de doscientas casas, lo que conllevó un drástico descenso de su población, de 1.752 a 82 habitantes.




Ya en el siglo XX, la construcción de la central nuclear de Trillo, inaugurada en 1987, supuso la revitalización económica del municipio. Actualmente es la central nuclear más moderna de España.



Comenzamos nuestra visita a Trillo a los pies del puente sobre el río Tajo, la construcción más emblemática de la localidad. Su origen se remonta a mediados del siglo XVI, si bien es posible que existiese una construcción anterior más antigua. Fue volado durante la Guerra de Independencia –como se puede leer en una inscripción en piedra- y aunque se intentó volar en la Guerra Civil, en dicha ocasión se consiguió evitar la demolición, tal como nos informó nuestra guía.


Recorremos el pueblo por el cauce del río Cifuentes de tan solo 12 Km, pero de un gran caudal, hasta desembocar en el Tajo justo aquí en Trillo; anduvimos durante algo más de dos horas, pasando por “La Casa de los Molinos”, quizá el edificio más antiguo del pueblo, mencionado por primera vez en una serie de documentos de la época del reinado de Fernando IV el Emplazado (1285-1312).


Asimismo, la cascada sobre el río Cifuentes constituye un paraje natural de gran atractivo.


Subiendo por el cauce del río llegamos a la cascada Cola de Caballo nombrada así por el Nobel Cela en su libro Viaje a la Alcarria (1946).

Al llegar a este punto hay que hacer un inciso. No puedo dejar de mencionar el citado Viaje a la Alcarria de Camilo José Cela, uno de los libros más deliciosos que jamás he leído. El ejemplar que poseo lo adquirí hace casi 50 años durante mi destino en Las Palmas de Gran Canaria. De él extraigo unos párrafos referidos a Trillo: 


Viaje a La Alcarria, Camilo José Cela

“…Al llegar a Trillo el paisaje es aún más feraz. La vegetación crece al apoyo del agua, y los árboles suben, airosos como en Brihuega. Esta tierra, con agua, parece una tierra muy buena; hasta se ve algún que otro castaño, de vez en cuando. A la entrada del pueblo hay una casa muy arreglada, toda cubierta de flores; en ella vive, ya viejo y retirado, cultivando sus rosales y sus claveles y trabajando su huerta, un veterano alpinista que se llama Schmidt. Schmidt, que piensa construirse una casa enfrente de la cascada del Cifuentes, poco antes de caer en el Tajo, fue un montañero famoso; en la sierra de Guadalajara hay un camino que lleva su nombre.


La cascada del Cifuentes es una hermosa cola de caballo, de unos quince o veinte metros de altura, de agua espumeante y rugidora. Sus márgenes están rodeadas de pájaros que se pasan el día silbando. El sitio para hacer una casa es muy bonito, incluso demasiado bonito.

El viajero busca un sitio para pasar la noche…”



Acabamos nuestro recorrido del pueblo en lo alto de un mirador desde donde se contempla una espléndida visión de la localidad, y por último en la Plaza Mayor, donde se encuentra el Ayuntamiento y la Iglesia Parroquial –una construcción de mediados del siglo XVI-. El templo tiene fábrica totalmente renacentista, construido con grandes sillares de piedra arenisca, formando una sola nave cubierta por un artesonado de madera.


Aquí, en la Plaza Mayor, junto a los muros de la iglesia, se despidió de nosotros, entre aplausos, la Srta. Niba, y los expedicionarios nos dirigimos al mismo local donde a media mañana habíamos repuesto fuerzas mediante la ingesta de cafés, a fin de dar cuenta de nuestro almuerzo, que refiero con detalle.

Comimos poco después de las 14:00 en el mismo restaurante que tomamos café, como ya he dicho. Son mesas de cuatro.

Pedro y yo nos sentamos con Sagrario y con otro compañero con el que ya habíamos compartido mesa en la excursión a la provincia de Cuenca.

De entrada nos sirvieron una ensalada de atún y pimientos muy bien aliñada y unos torreznos exquisitos, fuera de serie, los mejores que he tomado en mi vida; de plato fuerte cordero asado maravillosamente hecho, que se deshacía a penas cortarlo, con patatas panaderas; arroz con leche de postre, vino tinto, gaseosa y agua; café e infusiones. Una comida verdaderamente opípara, sensacional.

Gárgoles de Abajo



A las 15:45 salimos para Gárgoles de Abajo, situado a un par de kilómetros de Trillo, donde visitamos la granja Apícola MelimeluM www.alcarriabeecompany.es


Poco después de las 16:15 estamos en las instalaciones de la granja, y durante algo más de media hora nos muestran, con la ayuda del ordenador y una pantalla, las fases y secretos de la confección de la miel.


Al acabar nos ofrecen unos piscolabis de productos provenientes de la miel, incluyendo un orujo de miel riquísimo.


La mayoría de los expedicionarios adquiere tarros de miel y productos derivados de la misma.

Poco después de las 18:00 iniciamos el viaje de regreso llegando a Madrid sobre las 19:30.

Tomo un taxi y llego a casa sobre las 20:00 horas.

Sé que me voy a repetir, pero no puedo dejar de alabar el trabajo de Elena y el Grupo de Viajes para que esta excursión, fuera, una vez más, todo un éxito.

Juan José Alonso Panero

Las Rozas, 15 de noviembre de 2021