viernes, 15 de junio de 2018


LA RIBERA SACRA


La verdad es que no sé cómo comenzar este relato de un nuevo viaje con la Hermandad de Jubilados de los ministerios de Comercio, Economía y Hacienda. Podría decir sin temor a equivocarme que fueron cinco días pasados por agua, pero sinceramente, aunque el aserto es cierto, no sería toda la verdad. La verdad es que fueron unos días estupendos, con la molestia de la lluvia, unas veces más y otras menos, donde recorrimos unos parajes realmente preciosos y visitamos unas ciudades, que en mi caso, como Orense y Lugo, no conocía. Siguiendo en primera persona no puedo dejar de mencionar, aunque todo llegará a su debido tiempo, nuestro paso por Astorga, mi ciudad natal y origen de mi familia por ambas ramas, tanto los Alonso como los Panero.

Sin más preámbulo, entro en materia, citando en primer lugar como hago siempre, la parte técnica de las fotos. Todas ellas fueron hechas con una Leica M9-P digital con un solo objetivo Leica Elmarit 28mm f/2,8, excepto las de Astorga, que datan de 2010 y fueron realizadas con una Contax G2 analógica con un objetivo Carl Zeiss Biogon 21mm f/2,8.


En cuanto a la documentación para la parte cultural de este relato, me he basado fundamentalmente en dos fuentes, la guía verde Michelin de España y la Wikipedia; en este último sitio, puede, quien lo desee, ampliar en mucho lo que aquí cuento.

La Ribera Sacra

La Ribera Sacra es una zona que comprende las riberas de los ríos Cabe, Sil y Miño, en la zona sur de la provincia de Lugo y el norte de la provincia de Orense.


El topónimo en gallego “Ribeira Sacra” podría proceder de la Edad Media y, en un principio, se pensó que el origen de su denominación estaría en el latín “Rivoira Sacrata” y que podría responder a la gran cantidad de monasterios y templos ubicados en los monumentales cañones y escarpadas laderas que jalonan la zona. Actualmente se pueden visitar 18 monasterios en los que cabe destacar el recientemente creado Parador de Santo Estevo de Ribas de Sil, donde pernoctaremos los viajeros de esta excursión las dos primeras noches.
La Ribera Sacra es especialmente conocida por sus tesoros naturales y biológicos, constituyendo un vastísimo ecosistema de gran variedad y riqueza. Como denominación de origen son muy estimados sus vinos, muy recurridos en la gastronomía gallega. Las viñas, que se pueden contemplar siguiendo el curso del río, están dispuestas en un sistema de escalones de piedra a lo largo de la ribera, y datan de la época romana.

Lunes, 4 de junio de 2018

La expedición al completo, 34 viajeros, 30 mujeres y solo ¡4 hombres! salimos de nuestra sede de Madrid en Alberto Alcocer a las 08:00 horas. Viajo con mi amigo Pedro, y hay algunos compañeros habituales, como los del grupo de Viajes, Pilar y Jorge, echando de menos en esta ocasión a Elena y Maribel que por diversos motivos no forman parte de la expedición. También viajan Merche, Carmina… Con Pilar y Jorge, además de Manolo y Gracia, compartiríamos mesa en la mayoría de las ocasiones. Nos acompaña también, lo hará durante todo el viaje, Mila, una estupenda guía de la Agencia Idea Tours, que ya estuvo con nosotros en nuestro desplazamiento a Zamora y los Arribes del Duero en abril del pasado año, http://jjalonsopanero.blogspot.com/2017/04/zamoray-los-arribes-del-duero.html y al volante del autobús Michel, un joven conductor que demostrará una pericia sin igual durante todo el viaje; realmente fuera de serie Michel, que además tiene el plus añadido de ser “madridista”, de modo y manera que pudimos comentar, entre otras cosas, la reciente victoria del Real Madrid en Kiev consiguiendo su 13ª Copa de Europa.

Hacemos una parada logística cerca de Tordesillas en la vía de servicio, donde reponemos fuerzas con unos cafés y vamos a los baños.

Puebla de Sanabria


Seguimos nuestro camino y arribamos a Puebla de Sanabria. Aquí no puedo dejar de recordar que este fue el primer lugar que visité hace ya cinco años con la Hermandad http://jjalonsopanero.blogspot.com/2013_08_01_archive.html.



Hoy, recorremos sus calles y hacemos tiempo hasta la hora del almuerzo, que estuvo compuesto por judiones con chorizo, filetes de carne con salsa de roquefort y tarta de queso, vino tinto y agua. Tras deambular de nuevo por el pueblo durante un corto espacio de tiempo, reiniciamos nuestro viaje a las 15:00 horas.

Monasterio de Santo Estevo


Llegamos al monasterio/parador de Santo Estevo (San Esteban en castellano) a las 17:30 bajo una lluvia fina pero constante. Aquí me han adjudicado la habitación 229, magnífica sin lugar a dudas. Recorro con Pedro las instalaciones del parador deleitándonos en sus maravillosos claustros. ¿Qué decir de Santo Estevo? Para describirlo hago uso de la página web de Paradores, así como la Wikipedia:


En el corazón de la Ribera Sacra, espacio natural de original belleza en el interior de Galicia, donde se encuentran los ríos Miño y Sil, se esconde entre un gran manto de verde arboleda el Monasterio de Santo Estevo, convertido hoy en un precioso Parador. Se cree que el origen del monasterio se remonta a los siglos VI y VII. En él se aprecian claramente los estilos barroco y románico, con tres impresionantes claustros, uno románico, uno gótico y otro renacentista. La belleza y monumentalidad del edificio han hecho que fuera declarado Monumento Histórico Artístico en 1923.


Tuvimos a las 20:30 una maravillosa cena compuesta por crujiente de vieiras con salsa de cebollas y pimentón, crema de espárragos verdes con mouse de cebreiro al vapor, lomo de merluza al horno sobre patata encebollada y salsa de albariño, francamente bueno, y de postre mouse de limón con mermelada de ciruela mango y castañas en almíbar. Vino blanco y tinto, agua e infusiones. Por mi parte, tomé un poleo.


Martes, 5 de junio de 2018

Cañones del río Sil

Hemos salido del Parador a las 09:00. Antes de seguir adelante y a fuer de repetirme, debo decir que nos llovió durante todo el día, en alguna ocasión torrencialmente, como en el caso de nuestro paseo por los cañones del río Sil, donde tuvimos que permanecer todo el recorrido en el interior del catamarán y fue materialmente imposible tomar fotos, razón por la cual no aporto ninguna a esta historia.

No obstante la lluvia, lo que pudimos atisbar a través de las cristaleras del barco, era realmente impresionante, en su grandiosidad y frondosidad en cuanto a la naturaleza. Lástima que el día no acompañara.

Orense


Cuando acabamos el recorrido por el río nos dirigimos a Orense, donde comimos. Había tres platos de 1º y tres de 2º para elegir. Yo elegí melón con jamón; otros compañeros optaron por tallarines o ensalada de queso y de atún. De segundo había jarrete de ternera que fue mi elección, y además churrasco y dorada. De postre crema con albaricoque y mango.


Después de la comida sobre las 16:15 fuimos a visitar la ciudad de Orense bajo la tutela de un guía local estupendo, Pepe.


Orense es el tercer municipio gallego por población después de Vigo y La Coruña con 106.000 habitantes en 2016. La atraviesa el río Miño.



El origen de la ciudad es romano, aunque existen dudas sobre la etimología del topónimo Orense. La primera teoría señala que fue bautizada por los romanos posiblemente como “la ciudad del oro” (Auriense) por su enorme abundancia de este metal. Otra teoría postula que el nombre de la ciudad proviniera del latín aquae urente (“aguas abrasadoras”) por sus conocidas fuentes de aguas termales conocidas como Burgas (nombre derivado del latín burca que significa pila).


Recorrimos toda la ciudad, llovía y llovía, pero Pepe nos fue explicando muy bien las diferentes zonas importantes por donde anduvimos, como las Burgas, que como ya se ha dicho, es un manantial de agua termal que mana a 65º, y por último nos dirigimos a la catedral.

La catedral de Orense, dedicada a San Martín, es el principal monumento religioso de la ciudad. Fue edificada en los siglos XII y XIII. Actualmente está considerada como Bien de Interés Cultural y Monumento histórico-artístico desde 1931.



Es uno de los grandes templos románicos de España y una de las construcciones culminantes de la Edad Media en Galicia. Los añadidos posteriores –que no desfiguran su fundamental unidad- constituyen una variada muestra de los diferentes estilos de épocas sucesivas (románico, gótico, renacentista, barroco, neoclásico y actual).


En el Altar Mayor destaca su magnífico retablo gótico, obra de Cornelius de Holanda en el siglo XVI, así como las rejas del presbiterio y del coro, también del mismo siglo.


Pero indudablemente, la joya de la Catedral es el Pórtico del Paraíso, la gran entrada occidental, que reproduce, de manera simplificada, la estructura del Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela, conservando en el caso del pórtico de Orense su policromía original, siendo junto con La Guardia en Álava y Toro en Zamora los únicos policromados existentes en España.

Por fuera, y esto ya son palabras mías, la catedral no parece gran cosa, pero por dentro impresiona, como el retablo del altar mayor, una capilla espectacular de la que no recuerdo su nombre y donde nos dijo Pepe que se casaban los orensanos, y por último el Pórtico del Paraíso, espectacular arcada policromada como ya se ha dicho.


Aquí, en el exterior de la catedral, en concreto en sus escaleras, aprovechamos unos minutos en que la lluvia era muy escasa para hacer la foto del grupo expedicionario.

Acabamos la visita sobre las 18:30 y a las 18:45 cogíamos el autobús de regreso al hotel donde llegamos a las 19:40.

Cenamos a las 20:30 empanadas de raxo con pimientos del padrón, salteado de verduras de temporada con salsa bearnesa, salmón al horno sobre crema de guisantes y cebollinos fritos, que estaba espectacular, el mejor solomillo de salmón que he tomado en mi vida. De postre bizcocho borracho con crema de castañas, vino blanco y tinto y agua. Infusiones para finalizar.

Cuando acabamos la cena sobre las 22:00 horas, vino a recogernos “un monje” que teatralizó maravillosamente la historia del monasterio, que visitamos en la iglesia y los tres claustros. Por último degustamos una queimada fantástica; yo tomé dos vasitos, fuera de serie. Me quedé perfecto. Acabamos sobre las 23:30 horas.

Miércoles, 6 de junio de 2018

Salimos del parador a las 09:00 y nos dirigimos a unas bodegas para hacer una degustación. Estuvimos allí mucho tiempo, más de hora y media, demasiado para mi gusto. Cuando salimos intentamos ir a ver el monasterio de Samos, pero los monjes decían que era demasiado tarde.
  
Portomarín


Como alternativa fuimos a Portomarín, donde estuvimos una media hora, paseamos por el pueblo, vimos por fuera una bonita iglesia y nos dirigimos a comer a Lugo donde llegamos cerca de las tres de la tarde. Todo el día lloviendo.

Lugo


La comida en Lugo fue la más deficiente de todas hasta ahora. De primero un caldo gallego, de segundo una carne de ternera con patatas y unas verduras y de postre un helado y tarta de chocolate.



Lugo, que tiene 98.000 habitantes es una de las pocas ciudades españolas que cuenta con tres bienes inscritos en la lista mundial de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO: El camino primitivo de Santiago que atraviesa la ciudad, la catedral de Santa María y la Muralla Romana, que es el principal monumento de la ciudad y la única muralla romana del mundo que conserva todo su perímetro original con más de dos kilómetros de extensión. La verdad es que vista de cerca impresiona. Debo de confesar mi absoluta ignorancia de este maravilloso monumento antes de haberlo visto con mis propios ojos en Lugo.


La catedral de Santa María, empezada a construir a inicios del siglo XI, en estilo románico, con adiciones en siglos posteriores, como el pórtico de la puerta norte, la torre del reloj, el claustro y la fachada que ostenta hoy en día, de estilo neoclásico, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2015.


Una de sus joyas más destacadas es el retablo mayor, obra de Cornelius de Holanda, dañado a consecuencia del Terremoto de Lisboa de 1755, tras el cual se decidió dividirlo en varios fragmentos, los dos mayores de los cuales se encuentran actualmente en ambos extremos del crucero.


El otro monumento destacable en la catedral es la Capilla de la Virgen de los Ojos Grandes, patrona de la ciudad, que data del siglo XVIII y es obra de Fernando de Casas Novoa. Se desconoce el autor de la talla de la virgen, de piedra policromada; algunos entendidos la sitúan cronológicamente en el siglo XII, aunque otros postergan su factura al siglo XV.


Recorrimos todos estos monumentos, así como el Museo Provincial, donde estaban expuestos varios objetos en cerámica, destacando sobremanera un gran mosaico romano, acompañados por una guía local, Lidia muy agradable y competente. La visita de la tarde resultó francamente bien.


Llegamos al hotel Santiago Spa sobre las 19:00 horas. Me han dado la habitación 402. Los comentarios posteriores que compartí con muchos de los compañeros, dieron todos el mismo resultado: aunque el hotel nominalmente tiene 4 estrellas, difícilmente llega a 3 reales. Las habitaciones muy deficientes y constataríamos que el bufé de la cena era bastante pobre.

Cenamos a las 21:00; de primero había solo ensalada y de segundo un pescado, supuestamente merluza, o un salteado de patatas, jamón y champiñones. De postre, piña y melocotón en almíbar y fruta. Vino blanco, tinto y agua.

Jueves, 7 de junio de 2018

Salimos del hotel sobre las 09:00 horas en dirección a las Playas de las Catedrales, donde teóricamente la marea baja sería sobre las 11:30. Al llegar allí poco antes de las 11:00 nos encontramos con la desagradable sorpresa de que todavía estaba subiendo la marea, de modo que muy poco por no decir nada se podía ver de la playa. Un error, supuestamente de la Agencia organizadora del viaje, difícilmente comprensible en una época donde la información está siempre al alcance de la mano. In situ nos enteramos de que hasta la tarde a las 16:30 no habría marea baja.


Decidimos pues marcharnos. Tocaba hacer tiempo hasta la hora de comer en Ribadeo. Seguimos pues camino hacia Tapia de Casariego, en Asturias, donde dimos un pequeño paseo por el pueblo acercándonos hasta el puerto y de ahí nos marchamos hacia Ribadeo (Galicia), donde dimos otro pequeño paseo hasta la plaza mayor, denominada de España, muy bonita, con una gran casa en restauración que perteneció a un indiano. Frente a Ribadeo se veía Castropol, Asturias.


Pedro y yo nos sentamos para hacer tiempo (comíamos a las 14:00) en una terraza de la Plaza de España donde nos tomamos unas tónicas.


La comida consistió en un caldo de marisco aceptable y una dorada muy insípida; de postre tarta de almendras, vino tinto, blanco y agua.


La Playa de las Catedrales es el nombre turístico de la playa de Aguas Santas, situada en el municipio gallego de Ribadeo, en la costa de la provincia de Lugo, sobre el mar Cantábrico. Es conocida por este nombre debido a la apariencia de sus acantilados. Está declarada Monumento natural por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Galicia.


Lo característico de la playa son los arcos y las cuevas, solo apreciables a pie de playa durante la bajamar. Durante la marea baja puede accederse a un largo arenal delimitado por una pared rocosa de pizarra y esquisto erosionada en formas caprichosas: arcos de más de treinta metros de altura que recuerdan arbotantes de una catedral, grutas de decenas de metros, pasillos de arena entre bloques de roca y otras curiosidades. La playa tiene este relieve debido al efecto de la erosión del viento y del agua salada.



Sobre las 16:00 horas marchamos de nuevo hacia la Playa de las Catedrales. Aquí, por fin, pudimos ver durante algo más de una hora, desde las 16:15 hasta las 17:30 la playa, paseando por ella y tomando fotos. Durante la mayor parte del tiempo no llovía, aunque al final, de nuevo comenzó a llover, algo que nos ha acompañado durante todos los días. Debo decir que la playa es espectacular con sus grutas y rocas excavadas por la acción del mar y me gustó mucho.


Seguimos a Lugo donde llegamos sobre las 19:15. Cenamos a las 21:00, ensalada de primero y de segundo empanada gallega y secreto de cerdo, y de guarnición patatas fritas y puré de patatas. De postre, como ayer, melocotón y piña en almíbar, fruta fresca y una tarta.

Viernes, 8 de junio de 2018

Bajamos las maletas al autobús a las 08:45. Aquí me entero por Pilar, que cariñosamente me lo comunica, que hay una compañera que vive en Las Rozas  y el autobús la va a dejar en la vía de servicio, salida 26. Me apunto sin dudarlo, y cuando hablo con esta compañera, Carmen, me dice que a ella la recoge en la vía de servicio un hijo, y que ya me acercan a casa, algo que le agradezco en el alma. Vi los cielos abiertos. Eso me suponía ganar cerca de hora y media, al no tener que llegar a Madrid, agenciarme allí un taxi y subir de nuevo hacia Las Rozas.

Ponferrada

Salimos del hotel a las 09:00 y nos dirigimos a Ponferrada. Aquí hicimos un alto donde nos tomamos unos cafés y paseamos por el pueblo admirando su bonito castillo templario y sus calles.
Astorga


Seguimos camino de Astorga, la Astúrica Augusta romana, en la provincia de León, 11.153 habitantes en 2017, considerada la capital de la Maragatería y punto esencial en el Camino de Santiago, a donde llegamos aproximadamente hacia el mediodía. Llovía con mucha intensidad; afortunadamente las visitas a realizar eran bajo techo.

Al llegar a este punto podría extenderme páginas y páginas, algo que no voy a hacer en consideración a mis lectores. Tan solo diré en unas pocas líneas que nací en Astorga, de aquí son también mis padres y abuelos por ambas ramas, y las huellas de mi familia están presentes en la ciudad. El museo del chocolate se encuentra hoy en día ubicado en una preciosa casa modernista que perteneció a mi abuelo paterno, y en la calle Leopoldo Panero se encuentra la casa de mis abuelos maternos, hoy en día museo, conocida como la casa Panero, donde se ubican los recuerdos de mis tíos carnales, los poetas Juan y Leopoldo Panero, y Luis Alonso Luengo, magistrado y cronista oficial de Astorga. Completa el trío mi también tío Ricardo Gullón. Los cuatro formaron, en denominación de Gerardo Diego, “la escuela de Astorga”.

Para todo aquel que tenga interés, indico las páginas de mi Blog correspondientes a relatos sobre viajes donde aparece Astorga, incluyendo una de ellas con fotografías interiores de la casa Panero:



De 12:30 a 13:30 estuvimos visitando el Palacio Episcopal de Astorga, obra de Antonio Gaudí. Nos acompaña un guía fuera de serie que nos muestra el palacio y el museo de los Caminos de una forma excepcional.


Tras el incendio de 1886, en el que se quemó el antiguo palacio episcopal, el obispo Juan Bautista Grau y Vallespinós encargó el proyecto de un nuevo palacio al arquitecto modernista Antonio Gaudí. Aunque se suele decir que ambos, obispo y arquitecto, mantenían una antigua amistad, según nos explicó nuestro estupendo guía, no es exactamente cierta esta afirmación. Ambos se conocían, sin llegar a más, y la auténtica y profunda amistad se estableció en los años de construcción del palacio.

Las obras se iniciaron en 1889, pero tras el fallecimiento del obispo Grau en 1893, Gaudí renunció a la dirección de la obra por desavenencias con el Cabildo, cuando todavía faltaba por construir el segundo piso y el ático. Con Julián de Diego y Alcolea como obispo se nombró como nuevo director del proyecto a Ricardo García Guereta, que concluyó el edificio en 1913. Durante 50 años estuvo el palacio sin un destino concreto. En la Guerra Civil Española, sirvió de sede y cuartel de la Falange, y tanto en 1943 como en 1956 el edificio sufrió diversas reparaciones con la intención de convertirlo en residencia del obispo. Esta función nunca llegó a consumarse, y bajo los obispados de Marcelo González Martín y Antonio Briva Miravent, se promovió el edificio como Museo de los Caminos, inaugurado en 1963.


El palacio, construido en granito gris procedente de El Bierzo, sigue los cánones historicistas de la arquitectura de finales del siglo XIX y principios del XX –en este caso en estilo neogótico- y presenta planta de cruz latina y cuatro fachadas, con cuatro torres en cada uno de sus ángulos.

A las 13:30 fuimos a la Catedral, donde nos dieron unas audioguías para visitarla.


El origen de la catedral, dedicada a Santa María, se remonta a 1069, cuando un primer templo fue consagrado por el obispo Pedro Núñez. Posteriormente fue reconstruida en 1087, bajo el obispo Osmundo y en el siglo XIII, siendo obispo Pedro Fernández. Esta última reedificación fue la base para la definitiva ampliación, que comenzó en 1471. Desde ese momento las obras se prolongaron hasta el siglo XVIII, motivo por el cual en su traza se conjugan elementos góticos, renacentistas y barrocos.


En el interior, además del coro con sillería del siglo XVI y reja del XVII, se distribuyen las diferentes capillas. De todas ellas destacan especialmente la capilla de Nuestra Señora de la Majestad, en cuyo retablo se encuentra la imagen de la Virgen de la Majestad, del siglo XII; la Capilla Mayor, en la que se encuentra el retablo de estilo renacentista obra de Gaspar Becerra; y la capilla del retablo de San Miguel, ejemplo del arte hispano-flamenco del siglo XVI.

Como siempre que visito la catedral de mi lugar de nacimiento, me impresiona, en su grandiosidad y pureza de líneas, y siempre pienso que si no estuviera a la sombra de una joya como es la catedral de León, estaría mucho más valorada de lo que lo está.


Aquí estuvimos hasta cerca de las 14:30 en que nos marchamos a comer, en un restaurante de hotel situado en la Plaza Mayor al lado del Ayuntamiento.

Comimos alubias con chorizo, muy ricas, pequeñitas y de segundo estofado de carne con patatas fritas y ensalada. De postre una tarta, vino y agua. Aunque la comida fue bastante buena, eché en falta el cocido maragato, algo que hubiéramos podido degustar por un precio, estoy convencido, prácticamente similar, en la Casa Maragata.

Acabamos sobre las 15:30 y Pedro y yo aprovechamos hasta las 16:30 en que salía el autobús, para tomarnos un café, y de camino a la estación de autobuses, junto al palacio episcopal, donde nos esperaba el autobús, aproveché para mostrarle a Pedro la casa de mis abuelos, que estaba cerrada.
Salimos en dirección Madrid a las 16:30. Hicimos una parada intermedia de tipo logístico en el mismo lugar que a la ida, a la altura de Tordesillas o Medina del Campo, donde nos tomamos otro café.

Me despedí de todos los viajeros apresuradamente, y Carmen y yo quedamos en la salida 26 en Las Matas, donde como ya he dicho nos recogió un hijo de Carmen. Sobre las 20:30 estaba en casa, donde tras recoger todo, me di una reconfortante ducha.

Han sido 5 días pasados por agua, una estancia que se puede decir que fue muy positiva, aunque también tuvo algún aspecto negativo. Muy bueno el parador de Santo Estevo y deficiente el hotel de Lugo. Los tres guías locales, Orense, Lugo y Astorga, muy buenos. Lo peor, desde mi punto de vista, fue la visita a la bodega, excesiva, casi hora y media, que nos impidió ver el monasterio de Samos, y también el equívoco de la marea en la playa de las catedrales, pero en líneas generales el viaje resultó bien y la convivencia con los compañeros estupenda, como siempre.

Juan José Alonso Panero

Las Rozas de Madrid, 14 de junio de 2018