LERMA,
LAS EDADES DEL HOMBRE
Un nuevo viaje con la
Hermandad de Jubilados de los ministerios de Comercio, Economía y Hacienda, que
después de las vicisitudes pasadas en la anterior excursión a Italia con la
Comunidad de Madrid, éste, a Lerma, a visitar la exposición de las Edades del
Hombre, ha sido como un bálsamo.
Entre los 50 viajeros, mi
amigo Pedro
y yo, encontramos además de Elena Romero, nuestra vocal de Viajes, viejos
conocidos como nuestro vicesecretario Jorge Baeza y su esposa Pilar, Carmina, Merche, Javier, Trini, y además, y esto fue una
sorpresa, mis compañeros del ministerio Nicolás López, Gonzalo Ávila, que fue mi jefe
durante varios años y su esposa Kitty Liceranzu, compañera mía de promoción;
ya habíamos compartido vivencias en un pretérito viaje a Aguilafuente, Turégano
y Pedraza en marzo de 2018, y lo hemos vuelto a hacer hoy.
Como siempre hago, indico
que las fotos de este reportaje están todas sacadas con un móvil Samsung Galaxy A40, además de dos tomas
que añado de mi compañera Kitty. En esta ocasión, y pensando en mis
huesos, cada vez más maltrechos, dejé la Leica
en casa.
Por lo que se refiere a
los comentarios culturales, están todos entresacados de lo relatado por los
guías, y de la Wikipedia.
El
comienzo
Salimos de nuestra sede en
Alberto Alcocer a las 09:00 horas del martes 15 del corriente mes de octubre, en esta ocasión sin incidencias y ningún
retraso. Tras una parada técnica de 20 minutos, ya en las cercanías de Lerma,
llegamos a nuestro destino, a 200 Km. de Madrid, al mediodía.
Las
Edades del Hombre
El objetivo estrella de
nuestro viaje era la visita prevista a la exposición, Las Edades del Hombre, en
esta ocasión la 24ª edición, denominada ANGELI, una muestra de 90 obras, donde
los ángeles son protagonistas, procedentes en su mayoría de las once diócesis
de Castilla y León, repartidas en tres sedes de la villa ducal, la ermita de la
Piedad, la colegiata de San Pedro y el monasterio de la Ascensión.
Comenzamos nuestra visita
a las 12:20 en la ermita de la Piedad con un vídeo de unos 10 minutos de
duración basado en un texto sobre la fe católica promulgado en el IV Concilio
de Letrán.
Luego, y ya con una guía
continuamos nuestro recorrido en la colegiata de San Pedro, donde se exponen
cuatro de los cinco capítulos de la exposición.
Señalar aquí, que la colegiata
de San Pedro se consagró en 1617 con grandes festejos para la Corte y los
nobles, que duraron 13 días. El duque de Lerma consiguió que esta abadía
dependiera directamente de Roma. Tiene tres naves en girola, pero carece de
crucero. El retablo es barroco con seis imágenes del escultor Juan de Ávila.
Se conserva una valiosa estatua sepulcral arrodillada del arzobispo Cristóbal de
Rojas, en bronce dorado, obra de Juan de Arfe. Hay dos órganos de
principios del siglo XVII de los más antiguos de España.
Indicar que no se podía
hacer fotografías, de modo que las tres que inserto de la exposición, una mía y
dos de mi compañera Kitty, son “robadas”.
Continuamos la visita para
admirar el quinto y último capítulo de la exposición en el monasterio de la
Ascensión, también llamado convento de Santa Clara. Fue el primer convento
que se construyó y su fundadora fue Mariana de Padilla, nuera del duque de Lerma,
en 1604. La fachada es austera; tiene una puerta con pilastras y blasones de
los Padilla, Sandoval y Rojas. La espadaña es barroca con dos huecos y volutas.
Lo habitan hermanas Clarisas que confeccionan deliciosos dulces.
Antes de finalizar este
apartado dedicado a la exposición de Las Edades del Hombre, quiero señalar que
aquellos que quieran profundizar en los pormenores de la exposición, pueden
hacerlo en un magnífico artículo de nuestro compañero de la delegación de la
Hermandad en Valladolid Juan Antonio G. Ortega en la revista de la
Hermandad, Suma y Sigue nº 337, octubre de 2019. Aquí, y basándose en la guía
oficial de la exposición elaborada por José Ángel Rivera de las Heras, podemos
encontrar un magnífico y extenso reportaje: https://www.hermandadjubilados.org/suma-y-sigue.
Comida
en el Parador
Nuestro almuerzo tuvo
lugar en el Parador, antiguo Palacio ducal, que ocupa todo un lateral de
la plaza Mayor. Su arquitecto fue Francisco de Mora, considerado uno de los
mejores de la época. Durante la Guerra Civil española se utilizó el edificio
como cárcel.
El porqué de las cuatro
torres del palacio de Lerma es debido a un embuste del propio duque al rey.
Por definición, a los
palacios ducales se les otorgaban dos torres, pero el duque de Lerma preguntó a Felipe III
si podía poner dos torres en su palacio, omitiéndole que eran dos torres más
las que quería poner. El rey concedió el permiso, pues éste pensó que se
refería a las dos torres que podía poner y no a dos torres más, y así fue como
colocó las cuatro torres en su palacio.
Aquí, cerca ya de las
14:30 compartimos mesa, Kitty, Gonzalo, Nicolás, Trini, Pedro y yo. El almuerzo, del que inserto el
menú que nos ofreció la cocina del Parador, resultó altamente satisfactorio,
aunque Gonzalo encontró algo escaso el plato de cordero, apreciación que debo señalar
que no compartimos el resto de comensales. Incluyo foto que deja constancia de
nuestra presencia.
A las tres y media
habíamos concluido nuestra colación, y tras algunos cigarrillos en el exterior
del palacio y cafés degustados en el patio del Parador, nos dirigimos a la
oficina de Turismo, donde íbamos a encontrarnos con el guía que nos iba a
acompañar en nuestra última visita a la localidad.
Lerma
y el Duque de su nombre
En las oficinas de Turismo
comenzó la última parte de nuestra excursión. El guía, aquí, con etapa final en
la plaza Mayor y el convento de San Blas, dio inicio a una disertación que me
ha servido, en unión de la Wikipedia, para redactar las líneas que siguen a
continuación acerca de Lerma y del duque que lleva su nombre, protagonista
inseparable de esta localidad.
El término municipal de
Lerma cuenta con una población de 2.500 habitantes. El casco histórico de la
ciudad, que también es conocida como “Villa Ducal de Lerma” al tener el título
de villa, goza del estatus de bien de interés cultural, en la categoría de
conjunto histórico.
La economía de Lerma está
basada principalmente en la agricultura, y el turismo dentro del sector
servicios. En la localidad también se encuentran algunas de las mayores
empresas, por facturación, de la provincia de Burgos.
La historia y el
desarrollo de la villa están irrevocablemente unidos al mecenazgo de Francisco de
Sandoval y Rojas, primer duque de Lerma, valido y favorito del rey Felipe III,
y por extensión al Ducado de Lerma. La villa fue al Valladolid cortesano
(1601-1606) lo que El Escorial a Madrid, y es un conjunto arquitectónico
notable de estilo herreriano.
Cuenta con tres conventos
de monjas de clausura que hospedan a más de un centenar de religiosas. Su plaza
Mayor, con 6.862 m2, es una de las más grandes de España, por delante incluso
de la plaza Mayor de Salamanca. Aquí, en esta plaza se encuentran dos de los
monumentos importantes de Lerma: el Palacio ducal y el convento de San Blas.
Llegados aquí, y aunque
sea extenderme algo más, no queda más remedio que hacer una breve semblanza del
duque de Lerma.
Francisco de Sandoval y Rojas (Tordesillas,
1553-Valladolid, 1625), primer duque de Lerma fue el valido de Felipe III
(1598-1621).
Fue el hombre más poderoso
del reinado de Felipe
III. Se hizo inmensamente rico a costa de saber manejar el tráfico
de influencias, la corrupción y la venta de cargos públicos. Para dejar
constancia de su poder como mecenas de la Villa Ducal de Lerma, empleó parte de
su fortuna en engrandecerla y embellecerla contratando a los más sobresalientes
arquitectos de la época.
Por su cargo de ministro
del rey se convirtió en el hombre más cercano y de mayor confianza del monarca
consiguiendo incluso que éste trasladase la Corte a Valladolid (1601). El duque
efectuó una magistral operación inmobiliaria seis meses antes del traslado,
comprando propiedades e invirtiendo en su propio beneficio. Es lo que
modernamente se conoce como especulación.
El regreso de la Corte de Felipe III
a Madrid en 1606 se hace también por la influencia y los consejos del duque de Lerma.
Los historiadores piensan que este regreso estaba preparado de antemano y que
el duque nunca tuvo la intención de abandonar por completo Madrid.
La reina Margarita,
esposa de Felipe
III, no era partidaria de los abusos e influencia del duque de Lerma,
y a su alrededor tenía muchos consejeros también descontentos. Hubo una
investigación de las finanzas (proceso de vista) que fue descubriendo el
entramado de corrupción e irregularidades. Empezaron a caer culpables e
implicados, entre otros, el valido del duque, Rodrigo Calderón de Aranda, que
fue ejecutado en la plaza Mayor de Madrid en 1621. Se desencadena una presión
en contra del régimen, y ante los acontecimientos, el duque aplica una
estratagema que salvará su vida: solicita de Roma el capelo cardenalicio que se
le concede en 1618, al mismo tiempo que el rey le da permiso para retirarse a
sus propiedades. Murió en Valladolid en 1625 retirado de la vida pública.
Tras recorrer la villa,
incluyendo uno de los pasadizos de la época del duque, con parada en la plaza
Mayor, acabamos nuestra visita en el convento de San Blas, situado en
una plaza anexa a la plaza ducal, llamada de San Blas. Comenzó a construirse en
1613 para albergar a las monjas dominicas. Del mismo arquitecto que el Palacio
ducal, hasta el siglo XIX estuvo unido a éste por un pasadizo volado de tres
arcos.
Una vez cumplida la breve
visita al convento de San Blas, la expedición se encaminó al autobús, que salió
para Madrid a las 18:00 horas. Tras dos horas de una ejemplar conducción por el
chófer que nos transportaba, llegamos a nuestra sede de Madrid justo a las
20:00 horas. Me encaminé “volando” hacia la boca de Metro de Cuzco, cogí un
convoy sobre la marcha y a las 20:30, ya en Príncipe Pío me subí al tren de Las
Rozas-Villalba, y llegaba a casa a las nueve de la noche.
Corolario
En mi modesta opinión,
nuestra excursión resultó perfecta, incluyendo nuestro almuerzo en el bonito Parador
de Lerma. Estuvo muy bien organizada y se llevó a efectos ejemplarmente. Para
mi amigo Pedro
y para mí, tras nuestro azaroso anterior viaje a Italia con la Comunidad de
Madrid, ésta de Lerma ha sido un auténtico relax, algo que afortunadamente
suele ser lo habitual en los eventos organizados por la Hermandad. Felicidades.
Las Rozas de Madrid, 19 de
octubre de 2019
Juan José Alonso Panero
A pesar de que las fotos no se hicieron con tu Leica, el resultado de tu Samsung es estupendo.
ResponderEliminarBesos!!!