DE NUEVO EN LA BRECHA
Recapitulemos. El 27 de
febrero de 2020 los miembros de la Hermandad de Jubilados de los Ministerios de
Comercio, Economía y Hacienda estuvimos en una preciosa excursión en Segovia,
sin sospechar en lo más mínimo que dos semanas después, en concreto el 14 de
marzo, las autoridades competentes (aunque la verdad el adjetivo es bastante discutible)
nos confinaron a cal y canto durante tres meses durísimos. Ese fue el comienzo
de una pesadilla que aún no ha terminado. El Coronavirus, concretamente el
Covid 19, sigue entre nosotros, aunque ya mucho más atenuado tras la campaña de
vacunas en que estamos inmersos.
En resumidas cuentas, las
actividades de la Hermandad de Jubilados quedaron prácticamente suspendidas,
aunque se siguió editando la revista mensual, mérito que hay que atribuir a los
responsables de nuestra Asociación, con nuestro presidente Ángel S. Quesada al frente.
Por supuesto quedaron cancelados
todos los viajes que habitualmente realizábamos, largos y cortos de un día, y
¡hasta el mes de junio de 2021 no hemos visto la luz!
Yendo al grano, los
responsables del grupo de viajes, con la vocal Elena Romero al frente
programaron nuestro primer viaje con las debidas precauciones y guardando todas
las normas sanitarias en vigor, pues el Covid 19, como ya ha quedado dicho,
sigue entre nosotros. Así el número de expedicionarios que íbamos a realizar
esta primera excursión tras cerca de año y medio de “parada”, éramos 21 en un
autobús de 55 plazas, conducido por un magnífico chofer, como quedaría demostrado
a lo largo de nuestro viaje, Pepe. Entre los viajeros, además de Elena Romero,
figuraban, Pilar
Cerrada, Mari Carmen y su prima Laura, Juan Carmona y su mujer, Mª Victoria
Almazán, mi amigo Pedro García Mamolar y quien esto escribe.
La excursión estaba
prevista para dos días, miércoles y jueves 9 y 10 de junio, e íbamos a recorrer
varios lugares emblemáticos de la provincia de Cuenca, con una primera parada
en un conocido pueblo de Madrid.
Antes de seguir adelante,
y como hago siempre, indico que las fuentes de que me he servido para la parte
cultural de este relato es esencialmente la Wikipedia, así como diversos
prospectos de los lugares visitados y lo relatado por los guías que tuvimos.
En cuanto a las fotos, que
debido a la “falta de costumbre tras más de un año de paro” solo calificaría de
correctas, están todas realizadas con un teléfono móvil Samsung Galaxy A40; eso
en cuanto a las mías, pero además, inserto unas instantáneas de dos compañeros
de la Hermandad, Pilar Cerrada, cuyas imágenes de la villa romana de Noheda
son fantásticas y otra, mejor que la que yo realicé, de Juan Carmona en el patio del
monasterio de Uclés.
Miércoles, 9-06-2021
La hora de salida desde
nuestra sede en Alberto Alcocer 2 estaba prevista para las 9 de la mañana, pero
las ganas eran muchas, de modo que ya a partir de las 08:30 comenzó a afluir la
gente.
Nos aguardaba una gran
sorpresa, aunque para quien estas líneas escribe, menos, ya que Elena
me había dado previamente el “soplo”.
Presencia
de Telemadrid
Efectivamente, allí estaba
un cámara y un reportero de Telemadrid para grabar con destino al programa 120
minutos de la cadena, las impresiones de los viajeros ante tamaño
acontecimiento, pues como tal había que calificarlo después de la inactividad
forzosa de un año largo.
A las 09:10 se puso en
marcha el autobús en dirección a nuestro primer destino,
Colmenar
de Oreja,
a donde llegamos pasadas
las 10:30. Nos dio tiempo de disfrutar de un café y dar un ligero paseo por el
pueblo que se encuentra a unos 50 Km de Madrid y cuenta con cerca de 8.000
habitantes. Su casco urbano está declarado Bien de Interés Cultural.
Su Plaza Mayor,
cuya edificación se inició en 1676, se constituyó en uno de los magníficos
ejemplos de las típicas plazas porticadas castellanas cuando se finalizó en
1794. Aquí aprovechamos el bonito lugar para hacernos una de las fotos de
grupo.
A las 11:00 entrábamos en
el
Museo
de Ulpiano Checa
que nos fue mostrado por
un guía local. El museo contiene la más amplia colección de la Obra de Ulpiano Checa
(1860-1916) nativo de Colmenar de Oreja, en gran parte pintura histórica de
finales del siglo XIX, pintura orientalista y obra de género. El edificio,
restaurado y ampliado, tiene su acceso por unos cuidados jardines, donde además
del busto del pintor, se ubica un monumento a los elementos característicos de
la ciudad: la piedra y la tinaja.
El Ayuntamiento de
Colmenar de Oreja decidió convertir en 1945 la casa de “los siete patios”, que
fue el hogar donde nació el pintor en un museo. En 1950 comenzaron las
negociaciones con Carmen y Felipe Checa, hijos del pintor, que aceptaron
hacer una donación inicial de veinte obras. El edificio fue restaurado
inaugurándose como museo monográfico dedicado al pintor en 1960, año en que
recibió nuevas donaciones de Carmen Checa y María Ballester. En 2006 se
cerró el museo al público para iniciar una ampliación inaugurándose en 2009.
El museo, como ya he indicado, nos fue mostrado por un guía local, con el cual fuimos recorriendo las diferentes salas y admirando la obra de este pintor, que a mí me recuerda vagamente a los impresionistas.
Ulpiano Checa, que estudió en la
Escuela de Artes y Oficios, en 1875 ingresó en la Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando. Se movió por todo el mundo, tanto Europa y África como
América, fue famoso a nivel mundial, recibió numerosos premios y
condecoraciones, entre estas últimas la Orden de Carlos III y la Legión de
Honor francesa. En 1889 establece su residencia en París, pero sigue viajando
alrededor del mundo. Tras estallar la Primera Guerra Mundial, ya enfermo, dejó
París para instalarse en Bagnères de Bigorre. En poco tiempo se trasladó a la
cercana localidad de Dax, donde fallece el 5 de enero de 1916. Por expreso
deseo del pintor, sus restos mortales fueron trasladados a Colmenar de Oreja,
donde fue sepultado el 20 del mismo mes.
https://es.wikipedia.org/wiki/Ulpiano_Checa
Nuestra visita al museo
finaliza cerca ya del mediodía, y nos dirigimos a la próxima localidad a
visitar, donde llegamos a las 12:50 horas.
Uclés
Uclés es un municipio del
noroeste de la provincia de Cuenca, que en 2017 contaba con 219 habitantes. Su
atracción fundamental es su famoso monasterio.
Monasterio
de Uclés
El edificio actual del
Convento de Uclés, Cabeza de la Orden de Santiago, vino a reemplazar a un
intrincado conjunto de construcciones compuesto por el castillo, la iglesia y
las numerosas dependencias en las que residían los frailes de la Orden desde la
lejana edad de 1174 cuando el rey Alfonso VIII donó la fortaleza a la recién
creada Caballería de Santiago.
La construcción del actual
monasterio se inició en 1529 bajo el reinado de Carlos I, comenzando por el ala
este, que es de estilo plateresco. Las trazas originales son de Enrique Egas.
En el último cuarto del siglo XVI comenzó la construcción de la iglesia de
estilo herreriano. Avanzado el siglo XVII continuaron las obras de las alas
oeste y sur, para proseguir luego las del patio y la escalera principal. La
obra finalizó en 1735, reinando Felipe V, elevándose un cuerpo la nave
oriental y terminándose la portada principal, que es de estilo churrigueresco.
La última foto que realicé
en este lugar fue a las 13:37, dirigiéndonos a continuación a Belmonte,
municipio de Cuenca con 1.870 habitantes en 2020, para efectuar nuestro
almuerzo y realizar en esta localidad las dos últimas visitas del día, el
Castillo y la Colegiata de San Bartolomé.
Belmonte
Realizamos nuestra
colación en el restaurante La Muralla. Había menú del día con tres variedades a
elegir de cada plato. Como cada comensal hizo su elección, me limitaré a decir
que yo pedí de primero gazpacho, bastante bueno y de segundo calamares a la
americana, simplemente correctos. De postre unas buenas natillas. Agua y vino. Eran
cerca de las 16:15 cuando llegamos a
El
castillo
El estilo del castillo es
el gótico-mudéjar del siglo XV. Su construcción se inició en 1456 con don Juan de Pacheco.
Es muy probable que el arquitecto encargado de diseñar las trazas fuera Hanequin de
Bruselas, que trabajó en la Colegiata, y que las continuara Juan Guas,
que está confirmado que trabajó para Pacheco en el monasterio del Parral en
Segovia. Además, su estilo es muy parecido al de Manzanares el Real en Madrid y
al de Mombeltrán en Ávila, obras de Juan Guas.
Durante la guerra civil
(1475-1480) el castillo albergó al marqués, don Diego López Pacheco, quien hubo
de desplazarse desde Alarcón para evitar una sublevación. Es falsa la leyenda
que dice que aquí estuviera presa Juana la Beltraneja y que se escapara por la
ventana norte del oratorio. Según la relación de castillos en los que estuvo
custodiada por don Diego López Pacheco, que nos dan los cronistas
de la época, estuvo en Madrid, Escalona y Trujillo, pero no en Belmonte.
Por enlaces matrimoniales
el castillo pasa a la casa de Montijo y, en el siglo XIX, lo heredó la condesa
de Teba, Eugenia
de Montijo, que se convertiría en emperatriz de Francia al casarse
con Napoleón
III. Ella lo mandó restaurar encargándole las obras al arquitecto Sureda,
quien las realizó siguiendo los gustos de la época. Todo el exterior del patio
de armas es obra suya, así como la escalera principal y todas las chimeneas de
yeso. También se restauraron varias de las techumbres. Las obras duraron desde
1857 a 1870 y terminaron con la caída del imperio francés, prosiguiendo su
restauración su sobrino-nieto, el duque de Peñaranda, Hernando Carlos Fitz-James Stuart y Falcó
junto con el empeño del pueblo de Belmonte para conseguir su rehabilitación.
Todo lo que llevo escrito
nos fue muy bien explicado en una película documental muy instructiva que
visionamos antes de la visita al castillo, donde entre otros muchos lugares
interesantes, pudimos ver las dependencias de Eugenia de Montijo.
Finalizamos la visita al
castillo aproximadamente a las cinco y media de la tarde, dirigiéndonos a
continuación a visitar la Colegiata, cuyo recorrido iniciamos ya sobre las
18:00 horas.
La
Colegiata de San Bartolomé
Dispusimos en la Colegiata
de un guía que nos fue explicando los pormenores de la construcción del templo,
y con él fuimos recorriendo las diferentes capillas.
La construcción, gótica,
es del siglo XV y se eleva sobre una anterior iglesia visigótica. Destaca la
sillería del coro, del siglo XV, tallada con historias bíblicas por Enrique Egas
y procedente de la catedral de Cuenca, de donde se trajeron en el siglo XVIII;
es la primera sillería de coro tallada con imágenes de toda la península ibérica.
Posee un órgano del siglo
XVIII utilizado todavía para algunas celebraciones y conciertos de música
sacra. En la pila bautismal fue bautizado Fray Luis de León, nacido en Belmonte en 1527
ó 1528. Algunos retablos de los siglos XVI y XVII son interesantes.
La visita a la Colegiata
se alargó sobremanera, pero el guía, de oratoria más bien cansina, no cejaba en
su empeño de mostrarnos todo el templo con todo lujo de detalles, pese a que se
le dijo que íbamos con el tiempo muy ajustado.
Finalmente, cuando
iniciamos nuestro viaje hacia Tarancón, donde íbamos a pernoctar, eran casi las
siete y media de la tarde.
Tarancón
Llegamos a Tarancón, a unos 80 Km de Madrid, 15.505
habitantes en 2020, a las 20:25 horas, con solo 5 minutos de margen para
nuestra cena, programada a las ocho y media en el hotel.
Los recepcionistas del
Hotel Ansares, que ese es el nombre del establecimiento, 4 estrellas, actúan
diligentemente y nos proporcionan las llaves de nuestras habitaciones con
inusitada rapidez. A mí me corresponde la habitación nº 3, situada en el piso
de entrada. Todos, según me entero, estamos alojados a ras del suelo para mayor
comodidad de la expedición. Este es el lugar para decir que el hotel,
inaugurado en plena pandemia, agosto de 2020, es fantástico, fuera de serie,
con unas habitaciones de auténtico lujo. Enhorabuena a la organización.
La cena consistió en
ensalada de verduras con pimientos, tomates y atún, muy bien aliñada,
riquísima; secreto ibérico con patatas fritas y de postre, una tarta de queso o
kirsch con bola de helado de fresa. Agua y vino.
Jueves, 10-06-2021
Desayunamos todos sentados
alrededor de la misma gran mesa que utilizamos en la cena, a las ocho de la
mañana. Al abandonar el hotel, en recepción, dije que había consumido una botella
de agua mineral de la nevera. Me dijeron que ¡era cortesía de la casa! Poco
después de las ocho y media estaba la expedición al completo en el interior del
autobús para dirigirnos al lugar que íbamos a visitar en la mañana de hoy.
Noheda
Noheda es una pedanía en
el término municipal de Villar de Domingo García, provincia de Cuenca, con 12
habitantes censados en 2015. Aquí vamos a visitar la famosa Villa romana.
Cuando llegamos a la finca
donde se encuentra la villa romana eran poco más de las diez de la mañana y
hasta las 10:30 no comenzaban las visitas, programadas de antemano y con un
pequeño número de visitantes autorizado para cada cita. Nuestra expedición, que
coincidió con otros visitantes que también habían hecho sus reservas previas,
realizó el recorrido en tres grupos diferentes, de modo que teniendo en cuenta
que cada visita tenía una duración de unos 45 minutos, echamos toda la mañana
en esta atracción, tal como estaba programado.
Villa
romana de Noheda
La villa romana de Noheda
es un yacimiento arqueológico localizado junto a la localidad de Noheda, en el
término municipal de Villar de Domingo García. Según algunas fuentes
correspondería a la población romana Urbiaca. Se encuentra en un terreno en
ligera pendiente delimitado al sur por el arroyo Chillarón y más al sur se
sitúan los cerros de La Muela y El Castillejo, mientras que al norte se ubica
el monte de Sacedoncillo y al oeste la carretera nacional N-320.
El descubrimiento de la
villa romana de Noheda se produjo en 1984 de forma fortuita. Durante la
realización de labores de labranza por parte de la familia Lledó, propietaria
de las tierras, quedó al descubierto un pedazo de mosaico. No obstante, no se
llevó a cabo ningún tipo de exploración intensiva hasta 2005.
A instancias de su
descubridor, José
Luis Lledó Sandoval, se inició una primera campaña de excavación en
diciembre de 2005 a cargo del Instituto del Patrimonio Cultural de España
(IPCE), y posteriormente se han realizado campañas sistemáticas de excavación a
cargo de la Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La
Mancha, que han permitido descubrir hasta el momento una amplia serie de
habitaciones y estancias de la vivienda, además de la zona de termas de la
villa.
Después de las gestiones
realizadas por el gobierno autonómico de Castilla-La Mancha para la adquisición
de los terrenos, se estimó que el yacimiento podría ser visitable por el
público en 2015. Sin embargo, debido a los enfrentamientos entre
administraciones y litigios por la titularidad de los terrenos, dicha apertura
no pudo llevarse a cabo hasta julio de 2019.
El programa decorativo
musivario descubierto consta de una escena principal figurada que representa un
cortejo nupcial y varias secundarias entre las que destacan una escena báquica,
además de diversos paneles con decoración geométrica y vegetal. Al noroeste de
la sala tricora se ha documentado una estancia de dimensiones más reducidas y planta
octogonal cuyo zócalo interior presenta restos de la decoración vegetal
estucada.
En el entorno de estas
salas se han documentado otras habitaciones anexas en las que se han recuperado
otros restos de pinturas y estucos decorativos. Además se han registrado otro
tipo de elementos estructurales y conducciones, así como numerosos elementos
muebles entre los que destacan varias esculturas de mármol blanco.
La mayoría de los
expedicionarios salimos realmente impresionados de la visita efectuada y dimos
por bueno el tiempo que gastamos en el lugar al tener que hacer la visita en
tres grupos escalonados, de manera que cuando abandonamos los yacimientos eran cerca
de la una y media y nos dirigimos ya a efectuar nuestro almuerzo del día de
hoy, que realizamos en el próximo pueblo de Chillarón, en el restaurante Los
Ángeles. También aquí había menú del día y una considerable cantidad de
opciones a elegir. Por lo que a mí respecta, pedí de primero un revuelto de
morcilla, muy bueno y luego albóndigas en su salsa, plato simplemente correcto.
De postre un corneto de limón. Agua y vino.
Finalizado el almuerzo nos
dirigimos al siguiente punto a visitar:
Recinto
arqueológico de Segóbriga
El parque arqueológico de
Segóbriga es un importante yacimiento celta y romano situado en torno al
llamado cerro de Cabeza de Griego en la localidad de Saelices. Bien de Interés
Cultural declarado Monumento Nacional el 3 de junio de 1931.
Iniciamos nuestra visita a
este lugar poco después de las cuatro de la tarde. En primer lugar vimos un
documental muy interesante sobre el recinto arqueológico, y luego, con una
estupenda guía al frente de la expedición, Alicia, nos dirigimos a efectuar un recorrido
por el parque.
Aquí hay que hacer constar
que a las cuatro y media de la tarde, cuando comenzamos nuestro recorrido, el
sol caía a plomo y la temperatura era bastante superior a los 30 grados. Alicia
nos dijo que el recorrido que íbamos a efectuar era de unos 3 Km ida y vuelta,
algo que a priori y con las condiciones climatológicas reinantes nos echó a
temblar a más de uno.
Durante el transcurso de
nuestro recorrido, poco a poco se fueron produciendo “deserciones”; la mía tuvo
lugar aproximadamente a mitad de recorrido, al llegar al teatro y anfiteatro.
Le pregunté a Alicia
si aún quedaba mucho y me dijo que “un poco y cuesta arriba”, de modo que no lo
pensé, como el retorno se producía por el mismo lugar, me di media vuelta.
Antes que yo, ya se había
producido el abandono de Mª Victoria, y a la vez que yo, lo hicieron Elena,
Mari Carmen
y mi amigo Pedro.
Cuando llegamos a las instalaciones del recinto, me bebí una botella de 0,5 L que me supo a gloria.
Ya con toda la expedición
reagrupada, cerca de las seis de la tarde abandonamos el lugar para dirigirnos
al último punto a visitar en nuestro viaje.
Quesería
en Saelices
Aquí aparcó el autobús
junto a la quesería y la mayoría de expedicionarios se bajó para efectuar
alguna compra. Yo permanecí en el autobús.
Regreso
a Madrid
A las 18:25 poníamos rumbo
hacia Madrid. Con una ligera parada en Tarancón para recoger las llaves
extraviadas en el hotel y felizmente encontradas de una compañera, llegamos a
la capital de España a las 19:50.
Durante el viaje estuve
intercambiando mensajes de Whatsapp con mis hijos Marisa y Mariano, y ambos me decían que
me venían a recoger. Aunque yo les dije que cogería un taxi, insistieron, y al
final, poniéndose de acuerdo entre los dos hermanos, fue mi hijo Mariano
el que me recogió con su Tesla Model 3. Una media hora más tarde estaba
felizmente en mi casa de Las Rozas.
¿Qué puedo decir como
colofón? Pues que todos regresamos cansados pero muy satisfechos de un viaje
estupendo que nos ha sabido a todos a gloria, y deseando reincidir cuanto
antes. De nuevo hay que felicitar a Elena, nuestra vocal de Viajes y cabeza
visible del grupo en la expedición.
Las Rozas, 15 de junio de 2021
Juan José Alonso Panero
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