RECÓPOLIS
Nueva excursión de un día
con la Hermandad de Jubilados de los ministerios de Comercio, Economía y
Hacienda, el jueves 24 de marzo de 2022.
Salimos a las 09:03. Somos
23 los viajeros con mayoría femenina como suele ser habitual en nuestros viajes.
Forman parte de la expedición, nuestra vocal de viajes Elena Romero, y los componentes
del grupo Jorge
Baeza y su esposa Pilar; Merche, Sagrario, Rosalía, el matrimonio de Emilia y Pedro que ya había sido de la
partida en la expedición del viaje al Camino Francés en Navarra, La Rioja y
Burgos, de nuevo mi compañera Amparo Campa, mi amigo Pedro García Mamolar y quien
suscribe esta crónica, entre otros.
Como hago siempre, indico
que las fotos que acompañan este reportaje fueron todas tomadas con un teléfono
móvil Samsung A40. En cuanto a la
parte cultural, me he servido para desarrollarla de la Wikipedia, así como de
lo que nos refirió el guía oficial de que dispusimos en Recópolis.
En este punto tengo que
decir dos palabras de nuestro medio de transporte. Habitualmente siempre hemos
viajado de una forma bastante confortable y nunca que yo recuerde ha habido que
echar denuestos sobre los autobuses que hemos utilizado. Sin embargo, en esta
ocasión, las cosas no discurrieron por buen camino. Nuestro vehículo era un
microbús destinado habitualmente al transporte escolar; era nuevo y se
encontraba en buenas condiciones, pero… y el pero es importante, sus asientos
estaban diseñados para niños, de modo y manera que fuimos como sardinas en
lata, quien más y quien menos lo pasó fatal, entre ellos quien suscribe. Fue el
único punto negro de nuestra excursión, que los responsables de la agencia de
viajes nos han dicho que no volverá a suceder.
Recorrimos la distancia
que nos separa de Zorita de los Canes, algo más de 90 Km en una hora y media.
Aunque el camino hasta la mitad del trayecto es en autovía, el resto
transitamos por carreteras comarcales, algunas de trazado muy sinuoso, lo cual
unido a la estrechez de los asientos del autobús, hizo el viaje muy incómodo.
RECÓPOLIS
Directamente nos dirigimos
al Centro de Interpretación situado en Recópolis, donde nos proyectaron una
película interesante de unos 15 minutos.
A continuación, acompañados de un guía oficial, un chico joven muy eficiente, nos dirigimos andando a recorrer las ruinas de la antigua ciudad visigoda.
En cuanto a su etimología, la hipótesis que barajan los arqueólogos actuales es que la ciudad se hubiese llamado Rexopolis (“Ciudad del rey”), que haría más clara su etimología, y además se corresponde con las monedas de la ceca que escriben el nombre de la ciudad de Recopolis con una sola c, mientras que Recaredo en los textos, es escrito Reccaredo con dos “c”.
Está situada sobre un cerro a cuyos pies discurre apacible el río Tajo. En el yacimiento, en la actualidad en curso de excavación, se conservan los restos del palacio, iglesia, puerta monumental, calles, edificios comerciales, casas, muralla, acueducto, caminos de acceso, todo ello dispuesto con un Centro de Interpretación, preparado para la visita pública. Parte de los elementos constructivos de la ciudad, sillares, escultura decorativa, etc., fueron utilizados en los inicios de la época andalusí, en el siglo IX, para edificar la nueva ciudad que sustituyó a Recópolis en el control del territorio, la medina árabe de Zorita, la actual Zorita de los Canes.
El yacimiento de Recópolis se encuentra en proceso de excavación, aunque los trabajos realizados muestran ya trazos de una organización y jerarquización que en la actualidad constituyen el ejemplo más significativo de las concepciones urbanísticas de la época visigoda. De esta ciudad, realizada con un plan urbanístico preconcebido, las excavaciones han descubierto la existencia de un conjunto palatino, formado por tres edificios palaciales de dos plantas, así como una iglesia, edificios todos ellos que contenían destacadas piezas artísticas que hoy se pueden admirar en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y en el Museo de Guadalajara.
La estratigrafía del yacimiento revela que la ciudad estuvo ocupada desde fines del siglo VI hasta mediados del siglo IX, esto es, en época visigoda y primitiva época andalusí. Posteriormente, con motivo de la ocupación cristiana de la zona sobre las ruinas de parte del antiguo palacio y de su iglesia, se asentó una pequeña comunidad de campesinos mozárabes entre fines del siglo XII y el siglo XIV. Una vez abandonada esta aldea, sobre las ruinas de la antigua iglesia se edificó una ermita en honor de la Virgen de la Oliva que pervivió como centro de culto de los pueblos de la zona durante la época moderna.
El descubrimiento de la ruinas de Recópolis se debe a Juan Catalina García López en 1893. Las primeras excavaciones fueron realizadas por Juan Cabré en 1945 y 1946, reiniciándose entre los años 1977 a 1985 y posteriormente desde el año 1992 hasta la actualidad, dirigidas estas últimas por el arqueólogo y profesor de la Universidad de Alcalá Lauro Olmo Enciso.
En el actual Parque Arqueológico de Recópolis se aposentan los vestigios de la noble villa palatina que el rey Leovigildo ordenó edificar en honor de su hijo Recaredo. Junto con Victoriaco (Vitoria) y Oligicum (Olite) fueron las únicas ciudades, de nueva construcción, edificadas por los visigodos en España o por cualquier pueblo germánico tras la caída del Imperio romano.
En 2019 se identificó por georradar una estructura similar a las mezquitas de la época orientada hacia La Meca.
ALMONACID
DE ZORITA
Cuando finalizamos nuestra
visita a Recópolis, nos dirigimos al vecino pueblo de Almonacid de Zorita, con
una población censada en 2015 de 760 habitantes.
Es un municipio con amplia historia que cuenta con numerosas edificaciones de gran interés desde la época medieval de su fundación hasta otras más actuales pero no por ello de menor interés e importancia.
Recorrimos el pueblo durante algo menos de una hora antes de dirigirnos a efectuar nuestro almuerzo en
ZORITA
DE LOS CANES
Es Zorita de los Canes una
bonita población de la Alcarria Baja. Está situada en un meandro del río Tajo,
y a pesar de su pequeño tamaño, poco más de 60 habitantes censados en 2021,
cuenta con un importante patrimonio formado por sus antiguas murallas, un
castillo de la Orden Militar de Calatrava y el ya citado yacimiento de Recópolis.
Por Zorita de los Canes pasó Camilo José Cela para escribir su famoso libro Viaje a la Alcarria, concretamente el 14 de junio de 1946. Estuvo en Zorita una tarde, acompañado por el alcalde y el médico de Pastrana. De aquel momento salen bellas palabras de su pluma que refleja en su libro:
“Zorita de loa Canes está situada en una curva del Tajo, al lado de los inútiles pilares de un puente que nunca se construyó, rodeada de campos de cáñamo y echada a la sombra de las ruinas del castillo de la orden de Calatrava. Del castillo quedan en pie algún muro, dos o tres arcos y un par de bóvedas. Está estratégicamente situado sobre un cerrillo rocoso, difícil de subir”.
Nuestro
almuerzo
Alrededor de las dos de la
tarde estábamos todos los expedicionarios en la Abuela Maravillas, un
fantástico restaurante que recomiendo vivamente a quien visite estos parajes.
Fue en verdad un auténtico
banquete el que disfrutamos en la Abuela Maravillas, magníficamente
atendidos por dos camareras mucho más que eficientes, Patricia y Nuria. Relato a continuación sin
entrar en más detalles los platos que compusieron nuestra colación.
Tres fuentes de ensaladas
variadas perfectamente aliñadas, de lechuga, rodajas enteras de tomate, queso
de cabra, sardinas, berenjenas rellenas de pasta y parmesano. De segundo a
elegir rabo de toro o bacalao. De postre, bizcochos borrachos, arroz con leche
o helados. Vinos tinto y blanco, cerveza y agua a discreción. No puedo resistir
la tentación de mencionar que el rabo de toro del que disfruté resultó
realmente fuera de serie.
Pasadas ya las cuatro de
la tarde comenzamos a levantarnos tras la larga sobremesa y a las cuatro y
media estábamos todos dentro de nuestro tortuoso autobús, que tras un recorrido
de hora y media, sobre las 18:00 horas nos depositó en nuestra sede de Madrid.
Me despedí de los
compañeros y a la carrera me dirigí a la boca de Metro de Cuzco donde cogí el
tren que me depositó en la estación de Príncipe Pío, y allí casi sobre la
marcha logré subirme al Cercanías que me depositó en Las Rozas tras 20 minutos
de recorrido. Sobre las 19:00 horas estaba en casa. Final feliz de un viaje
estupendo por el cual hay que felicitar una vez más a Elena, así como a Jorge
y Pilar.
Juan José Alonso Panero
Las Rozas de Madrid, 29 de
marzo de 2022
Muchas gracias lo mejor vuestra compañía y disfrutar de tu bloc. Preparando la siguiente.
ResponderEliminarMuy ameno y didáctico tu relato. Como siempre me encanta leer la parte dedicada a la gastronomía.
ResponderEliminarMe has convencido para visitar la zona.
Gracias.
Nieves