domingo, 11 de marzo de 2018


TRES PUEBLOS SEGOVIANOS


Nueva Excursión con la Hermandad de Jubilados de los ministerios de Comercio, Economía y Hacienda el miércoles 7 del actual mes de marzo, a Aguilafuente, Turégano y Pedraza, lugares todos ellos enclavados en la provincia de Segovia.

En esta ocasión tengo que comenzar el relato hablando de la climatología. Toda la semana anterior a nuestro viaje se pasó lloviendo sin descanso, y las previsiones hablaban que justamente el miércoles de nuestra excursión sería el día de tregua para comenzar de nuevo a llover esa misma noche y no parar en varios días. De hecho, ahora que escribo, llueve en Las Rozas con intensidad.


Así pues, con un tiempo espléndido, a las 09:04 salió nuestro autobús en dirección a la autovía A-6. Viaja conmigo mi amigo Pedro. Nos acompaña como guía para todo el camino Lourdes, de la agencia Traveleus con la que hemos concertado la excursión. Lourdes no solo cuidará de nosotros con auténtico mimo, sino que nos ilustrará durante el trayecto acerca de los lugares que vamos a visitar. Luego, en cada una de las localidades previstas en la agenda, dispondríamos de una guía local.



Tengo que decir que, como siempre, forman parte de la expedición los compañeros del grupo de Viajes, Maribel, Elena, Jorge y Pilar. Maribel, que además es nuestra Vocal de Cultura, nos hará una brillante disertación, algo en ella habitual, acerca del Sinodal de Aguilafuente.


Además de los viajeros habituales como Merche, Carmen, Carmina, Ramiro, Trini…, en esta ocasión tengo la inmensa alegría de encontrarme con un antiguo compañero de trabajo que además fue mi jefe durante varios años; me refiero a Gonzalo, que viaja en compañía de su esposa y mi compañera de promoción Kitty (que ya estuvo con nosotros en Alcalá de Henares), y otro compañero del ministerio, Nicolás, al que no tenía el gusto de conocer hasta ahora; los dos, tanto él como yo hemos pasado muchos años en el extranjero y no hemos coincidido en Madrid. Con Gonzalo recuerdo viejos tiempos en que él y yo, madrugadores ambos, pasábamos los primeros minutos de la mañana en el ministerio hablando, entre otras cosas, de fútbol, del actual y del de los viejos tiempos, en el que tanto él como yo nos encontrábamos como pez en el agua, y podíamos, y podemos, compaginar perfectamente el que él sea hincha del Atlético de Madrid y yo madridista acérrimo. Fue, ya digo,  una gran alegría compartir con él, así como con Kitty y Nicolás este viaje, y por supuesto no me olvido de mi amigo Pedro, siempre presente con su buen hacer y buen estar.


Antes de entrar en materia, dos precisiones que suelo hacer siempre: para la parte cultural de esta historia me he servido de los folletos editados por los ayuntamientos de Aguilafuente y Turégano, así como de la Wikipedia. En cuanto a las fotografías, tanto las cuatro que inserto correspondientes al año 2012 como las actuales, han sido realizadas con una Leica M9-P digital y tres objetivos Leica; las de 2012 con un Super Elmar 21mm f/3,4 y Summicron 50mm f/2 y las de este viaje, todas ellas con un Elmarit 28mm f/2,8.

AGUILAFUENTE

Aguilafuente es un municipio con categoría de villa en la provincia de Segovia, a unos 35 Km de la capital segoviana y a unos 135 de Madrid. Se encuentra enclavado en el centro de la provincia.

Su población, que llegó a ser de 1.700 habitantes en los años 50 del pasado siglo, alberga en la actualidad a poco más de 600 almas. La disminución de los últimos años es consecuencia del éxodo rural que también ha producido un fuerte envejecimiento. Hay que señalar que el número de residentes temporales se incrementa extraordinariamente durante los meses de verano.

También es importante reseñar que la hostelería y el turismo rural se han desarrollado vigorosamente en los últimos años.


Por último, apuntar que el término municipal cuenta con una gran extensión de pinares; de hecho, la comarca en que se encuentra se denomina Tierra de Pinares. En cuanto a la fauna, hay que destacar la presencia de aves, con una colonia de cigüeñas que anidan en las torres del casco urbano y que en los últimos años no han realizado la migración invernal, permaneciendo aquí todo el año.

Llegamos a Aguilafuente a las 11:00 horas e inmediatamente nos dirigimos a la

Iglesia de San Juan y Aula Arqueológica

La iglesia de San Juan Bautista fue construida a finales del siglo XII en estilo románico, empleando tanto piedra como ladrillo. Actualmente, se encuentra desacralizada y es la sede del museo o Aula Arqueológica, y recoge todos los vestigios aparecidos en esta época, en la romana y en la visigoda.


A diferencia de otros espacios expositivos similares, en el caso de Aguilafuente se cuenta pues con una ventaja de gran valor añadido, ya que el Aula Arqueológica se encuentra en el interior de la iglesia románica de San Juan Bautista, rehabilitada en diversas fases durante los años 90 del pasado siglo para poder albergar finalmente con total idoneidad el Aula y conseguir así un marco apropiado para la exposición a la vez que se dota de funcionalidad a un edificio religioso antes en ruinas.


Visitamos el museo acompañados de la guía local. Resultó francamente interesante. No pude dejar de pensar lo digno de admiración que es el que una pequeña localidad como la que visitábamos albergara un museo tan amorosamente cuidado.

Museo de Florentino Trapero


Vimos a continuación el museo dedicado a Florentino Trapero, artista local, escultor, nacido en esta localidad a finales del siglo XIX y fallecido en Madrid en los años 70 del pasado siglo. El museo, ubicado en el edificio del Ayuntamiento es francamente interesante y expone algunas figuras de gran calidad artística. Señalar que las dos plazas de la localidad cuentan con esculturas del artista.

Frente al museo se encuentra la iglesia de Santa María, que visitamos aproximadamente a las 12 del mediodía.

La iglesia de Santa María y el Sinodal de Aguilafuente

La iglesia de Santa María, bastante bien conservada, tiene un ábside románico mudéjar. Su interior, ampliado en el siglo XIII fue modificado posteriormente en estilo barroco. El pórtico, gótico florido del siglo XV, tiene un relieve que representa la Anunciación.


En esta iglesia se celebró en 1472 un sínodo para reformar el clero de la diócesis de Segovia convocado por el obispo humanista Juan Arias Dávila, que daría lugar al primer libro impreso en lengua castellana: el Sinodal de Aguilafuente, editado por el impresor Juan Párix. Actualmente se celebra todos los años la reconstrucción de este hecho mediante una representación teatral itinerante por calles y escenarios históricos de la villa, en la que intervienen muchos de los habitantes caracterizados con ropas de la época.


Todo lo relativo al Sinodal de Aguilafuente nos había sido detalladamente explicado, durante el transcurso del viaje en autobús, como ya quedó dicho, por nuestra Vocal de Cultura, Maribel.


Poco después de abandonar la iglesia, y por cuenta de la agencia de viajes Traveleus, nos tomamos un aperitivo, que tanto en el caso de mi amigo Pedro como en el mío consistió en un excelente pincho de tortilla y una caña de cerveza.

Salimos pues de esta localidad sobre las 12:30 y recorrimos los 10 Km que nos separaban de Turégano en un cuarto de hora.

TURÉGANO

Es también Turégano municipio de la provincia de Segovia. En 2017 contaba con un censo de 1.000 habitantes.


Cerca se encuentra un castro prerromano de origen arévaco, lo que nos indica la antigüedad de este municipio, que en el siglo XII pasó a ser dominio del Obispado de Segovia. Tenía mercado y era centro de comunicaciones en la época medieval, lo cual denota la importancia de esta villa.

El castillo


El mayor atractivo de Turégano es sin lugar a dudas su castillo, pues la fortaleza de esta villa episcopal es de las más importantes de España, y desde luego, la más singular de todas por su carácter de iglesia fortificada inexpugnable. El primer obispo, Don Pedro de Agén, consideró que el antiguo castro, edificado sobre una suave colina, era el lugar idóneo para emplazar la nueva iglesia. Embutida de este modo en el castillo, la iglesia de San Miguel (actualmente considerada Bien de Interés Cultural) atestigua, por las construcciones adosadas y superpuestas al templo, que hubo dos castillos o fortificaciones sobre ella: el que construyera en su día el obispo Arias Dávila y otro, más primitivo, del que quedan infinidad de restos arqueológicos.


Así cabe destacar seis momentos principales que pueden observarse en su entramado arquitectónico: el castro árabe, la iglesia románica primitiva de San Miguel construida en el interior del castro en los siglos XII-XIII; el Castillo-Palacio de los obispos superpuesto a la iglesia ampliada y que escondió en sus entrañas la bellísima torre campanario románica del siglo XV; la fortaleza remodelada por Juan Arias Dávila también del siglo XV; la adaptación de Diego de Rivera y el desmonte del Palacio Episcopal superpuesto a las naves de la iglesia en el siglo XVI, y por fin, la construcción en 1703 de la torre espadaña y derribo del campanario exterior. Fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931.

En este castillo estuvo preso en 1585 Antonio Pérez, secretario del rey Felipe II.


Los expedicionarios tuvimos que subir una ligera cuesta que nos llevó hasta el castillo, y aquí acompañados por la guía local visitamos la iglesia de San Miguel, que cuenta en su interior con un interesante Cristo.




Sobre las 13:30 horas partíamos para Pedraza, a donde llegamos una hora más tarde.


Lo primero que hicimos, nada más bajar del autobús, que no podía entrar por el único lugar en que se puede penetrar en la fortificada Pedraza,  y por lo tanto quedó aparcado unos 200 metros debajo de la colina, fue subir penosamente a pie la distancia que nos separaba de la puerta de entrada, y así pasito a pasito llegamos a la Plaza Mayor en cuyo lugar se ubicaba el restaurante donde íbamos a comer.


Nuestro almuerzo

Mi amigo Gonzalo que lee todos mis relatos, me acusa con frecuencia de que exagero la relación que hago sobre las colaciones que disfrutamos en nuestras excursiones. En esta ocasión iba a ser testigo de que en absoluto exagero cuando narro nuestros almuerzos.

Poco más o menos y seguro que se me olvida algún plato, nos sirvieron raciones de queso manchego, alubias con morcillas, picadillo, croquetas, ensalada…, para finalizar en el plato principal, un lechazo exquisito, todo ello regado con vino de Rioja y agua a discreción, sin olvidarme del más que excelente pan de hogaza. De postre tarta de queso y arándanos. Lo único que se echó en falta fue el café y las infusiones, que tuvimos que procurárnoslas por nuestros propios medios a la entrada del restaurante.


La comida la realizamos en una mesa en la que nos sentamos Kitty, Gonzalo, Nicolás, Pedro y yo, además de otros tres comensales. La disertación que realizamos durante el ágape, estuvo dirigida fundamentalmente a las vicisitudes del ministerio de Economía, en concreto de la Secretaría de Estado de Comercio, sus funcionarios, nuestros compañeros, y los destinos en las Oficinas Comerciales de España en el exterior. Pasamos revista a todo, por lo cual pienso que este es el lugar para pedir disculpas a mi amigo Pedro, que educadamente, no se puede esperar menos de él, asistió a nuestros comentarios, cortés e impávido. Pienso que se tuvo que aburrir, aunque en algún momento, al oír determinadas historias, sonrió.

PEDRAZA


Veamos ahora, una vez acabada la comida, unas pocas cosas sobre Pedraza. Es también una localidad y municipio de la provincia de Segovia, situada a 37 Km de la capital segoviana y a unos 125 Km de Madrid por la A-1-. Actualmente cuenta con una población inferior a los 500 habitantes. Se trata de una villa medieval amurallada, cuya cuidada rehabilitación motivó su declaración como Conjunto Histórico en 1951.

Su nombre parece derivar de la Pretaria romana, aunque los primeros datos históricos se remontan a Don Fernando Gómez de Albornoz, comendador mayor de Montalbán, que fue nombrado por el rey Enrique II de Castilla, Señor de Pedraza. Posteriormente pasó a manos de la familia Herrera y a finales del siglo XV a los condestables de Castilla por el matrimonio de Doña Blanca Herrera y Don Bernardino Fernández de Velasco. Se mantuvo en estas manos hasta que en el siglo XIX se abolieron los señoríos.


Los condestables se asentaron allí, siendo el lugar de paso para grandes personalidades como artistas, nobles y monarcas. En los siglos XVI y XVII tiene lugar la época de mayor esplendor del pueblo, y es de cuando datan la mayor parte de casas y palacetes. Esta prosperidad fue debida, entre otras cosas, a la exportación hacia el norte de Europa de la lana de sus rebaños de ovejas merinas y a sus excelentes tejidos, capaces de competir con los mejores que se elaboraban en Flandes.




Todos estos pormenores nos fueron explicados, nada más terminar nuestro copioso almuerzo, por la excelente guía local, que comenzó su discurso por fuera del restaurante, y frente a la famosa casona de Pedraza cuya fotografía sale en todas las guías al uso que hablan de la localidad. La disertación tuvo lugar en la Plaza Mayor y sus aledaños. Aquí, en la Plaza Mayor, con la casona de fondo, realizamos la fotografía del grupo viajero. Frente a nosotros se encuentra el Ayuntamiento, así como la iglesia de San Juan Bautista, de origen románico, como demuestra su torre con arquería en los tramos superiores. Creo que este es el lugar para dejar dicho que esta plaza porticada está declarada como Monumento Histórico Artístico.




La Casona de Pedraza

Aquí, en este lugar, tengo que hacer un pequeño inciso relativo a esta famosa casona. La había fotografiado por primera vez en 1982 y por última vez en 2012, e hice lo mismo en esta ocasión antes justo de entrar en el restaurante. Probablemente con las prisas, cometí un error imperdonable, pese a mi experiencia, en el encuadre, de modo que dando fe de que el mejor escribano echa un borrón, me guardo la imagen para mis archivos e inserto en este lugar las dos fotos que realicé con anterioridad. Me valgo para ello de lo que dejé escrito en este mismo Blog en 2012  y transcribo pues los dos párrafos referidos a estas fotografías: http://jjalonsopanero.blogspot.com.es/2012/09/

“No he podido sustraerme a un ejercicio un tanto romántico y melancólico. He ido a mi archivo fotográfico y he buscado una toma de la famosa casona realizada en mi primera visita a Pedraza, en marzo de 1982, es decir hace exactamente 30 años.

Comparemos las dos imágenes que inserto a continuación. Ambas están realizadas con la misma focal, la de 1982, con película diapositiva, con una Contax RTS I y un maravilloso Zeiss Planar f/1.4 de 50mm, y la de 2012 con una Leica M9-P, digital, y un no menos soberbio Summicron 50mm f/2.




La perspectiva de ambas tomas es casi idéntica. Fijémonos ahora en los detalles. Yo, a simple vista, ya noto que las tejas que cubren la techumbre en 2012 tienen mucho mejor apariencia que las de 1982. El aspecto general de la casa se ve mucho mejor en la actualidad que hace 30 años. Como detalles menores, en la fotografía más reciente podemos apreciar que se ha abierto una nueva tronera junto a la chimenea central, que a su vez ha sufrido una ligera modificación, para mejor, según mi opinión. También podemos distinguir en la toma digital, la presencia de un restaurante en el extremo derecho de la casa. En general, y las fotografías no me dejarán mentir, el aspecto de la casona es mucho mejor ahora que treinta años ha”.

El Castillo

Luego, paseando nos dirigimos hacia el Castillo de Pedraza, una de sus principales atracciones.


El castillo es una fortificación construida en el siglo XIII que se reedificó en el siglo XV por García Herrera. A principios del siglo XVI los Duques de Frías, Condestables de Castilla, reformaron el castillo de nuevo, añadiéndole el gran muro defensivo adherido a la torre del homenaje y el muro exterior dotado de cañoneras y un puente levadizo hoy desaparecido. Cuenta el castillo con una imponente torre del homenaje, foso, y está rodeado en la mayoría de su perímetro por un precipicio. La puerta de entrada a la fortaleza es original del siglo XV.


En 1926, el pintor Ignacio Zuloaga adquirió el castillo (por 12.999 pesetas según nos indicó la guía. Zuloaga, al parecer supersticioso, no quería que figurara el número 13 en la escritura de compra-venta) y lo restauró, instalando allí un taller. Los herederos del pintor, actuales propietarios del castillo, adaptaron una de las torres para la exposición al público de una parte de la obra del artista.

A todo el que quiera saber más sobre la historia del fortín, que visité en 2012, le remito al correspondiente relato de mi Blog:


A continuación, nos dirigimos atravesando todo el pueblo hacia la entrada del mismo, al lugar donde se encuentra la cárcel del siglo XIII con reformas posteriores, donde iba a finalizar la visita.

Aquí, nada más atravesar la puerta de arcada para dirigirnos al autobús, mi compañera Kitty nos hizo una foto a su marido Gonzalo, a Nicolás y a mí. La inserto para la posteridad.


Antes de abandonar Pedraza, hay que hablar de un acontecimiento que tiene lugar en este pueblo desde 1991, y del cual nos habló también la guía. Me refiero a

La noche de las velas

La localidad es adornada con miles de velas a comienzos del mes de julio (primer y segundo sábado de dicho mes). Se apagan las luces públicas y, se cierran muchas ventanas si se quiere encender alguna luz, con el fin de resaltar la iluminación de las calles, balcones, ventanas, plazas, jardines y patios. La simple colocación de las velas encendidas durante varias horas, es un maravilloso espectáculo que se ha convertido en un reclamo turístico, atrayendo no solo a los segovianos de las localidades limítrofes, sino también a visitantes de Madrid y de otros lugares de España.

A las 18:00 horas emprendimos nuestro regreso a Madrid. Si la ida hacia Aguilafuente la realizamos por la A-6, ahora, desde Pedraza tomamos la A-1 en dirección a Madrid, donde llegamos poco después de las 20:00. Yo, como de costumbre, algo que siempre me recuerda Elena con sorna, tras despedirme como pude de mi amigo Pedro y de los compañeros del grupo de Viajes, salí a escape, y previo paso por el Metro y el Cercanías en Príncipe Pío, a las 21:00 horas estaba en casa.

Fin de un día estupendo de excursión.

Juan José Alonso Panero

Las Rozas de Madrid, 10 de marzo de 2018


1 comentario:

  1. Hola Juan, de nuevo después de mucho tiempo he leído uno de tus magníficos relatos, el de los pueblos segovianos. Tan bueno como de costumbre, lo mismo que las fotos. Y me quedo con ganas de leer el de Alcalá, ciudad vecina cuyas calles tantas veces he "pateado". Otro día. Más información por email. Un beso. Soco

    ResponderEliminar