martes, 1 de febrero de 2022

 

LOECHES Y LA CATEDRAL DE JUSTO

EN MEJORADA DEL CAMPO



El miércoles 26 de enero, 17 cumpleaños de mi nieta Eloísa, la Hermandad de Jubilados de los ministerios de Comercio, Economía y Hacienda organizó otra excursión de un día. Esta vez, el viaje iba a ser dentro de la Comunidad de Madrid, así que el día se planteaba sin muchas apreturas. De esta forma, la expedición inició su ruta a las 10:00 horas pues nuestro primer lugar a visitar, Loeches, estaba a tan solo poco más de 20 minutos de nuestra sede de Alberto Alcocer, 2.

Formamos parte de la expedición 30 viajeros con abrumadora mayoría de féminas, ya que los hombres éramos tan solo cuatro. Así, a vuela pluma y fiándome de mi memoria, recuerdo entre los viajeros a nuestra vocal de Viajes Elena Romero, a la tesorera de la Hermandad Carmen García Vega, Pilar Cerrada, Merche, Carmina, Trini… además de mi amigo Pedro García Mamolar y mi compañera Amparo Campa, con la cual hacía tiempo que no coincidía.

Aunque aburra, doy las referencias de siempre. Para la parte cultural del relato me he servido de la Wikipedia, de la Web del Ayuntamiento de Loeches y de lo que nos contó nuestro guía Rober. En cuanto a las fotos, todas están realizadas con un teléfono móvil Samsung Galaxy A40.



LOECHES

El municipio de Loeches está situado a unos 40 Km de Madrid capital, al este de la Comunidad Autónoma, en la cuenca del Henares. Cuenta con casi 9.000 habitantes censados en 2021.



Llegamos a Loeches sobre las diez y media y fuimos directamente a un bar restaurante situado en la plaza de la Villa (que luego sería nuestro lugar para el almuerzo) donde repusimos fuerzas con los consabidos cafés e infusiones y las visitas de rigor a los baños.



Nos esperaba a las puertas del restaurante el que iba a ser nuestro guía, Rober. Una vez reunido el grupo, y tras una pequeña disertación en la que Rober nos indicó que el gentilicio de los habitantes de esta localidad es el de loechenses, aunque entre ellos se conocen como “lechuzos”, partimos andando para recorrer los puntos a visitar.

Además de su patrimonio artístico, Loeches es conocido por sus aguas medicinales y por su gastronomía típicamente manchega, como son las migas del pastor o las gachas.



De camino a nuestra primera visita, paramos ante una casa en ruinas, modernista, de principios del siglo XX y que según nos indicó Rober, se espera poder salvarla de la piqueta. Dejo muestra fotográfica.

Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora



Visitamos el templo tan solo en su exterior bordeándolo y admirando sus diferentes puertas. La iglesia es de estilo renacentista, de mediados del siglo XVI, aunque en su interior se puede admirar restos de un calvario de piedra del siglo XIII, perteneciente a un edificio anterior.



Tres puertas, diferentes y con personalidad propia, nos invitan a adentrarnos en un espacio que aún soporta el peso del tiempo en sus columnas y arcos de medio punto.



Aproveché para hacer las fotos de rigor y creo que todos sentimos un poco el no poder visitar el templo en su interior.



Nos dirigimos a continuación a la plaza de la Duquesa de Alba. Aquí visitamos en primer lugar el

Monasterio de San Ignacio



popularmente conocido como el Convento Chico, del siglo XVI. No pudimos examinar el monasterio, pero sí la iglesia, de estilo barroco, que alberga en su cúpula unos frescos de notable valor artístico, dedicados a San Juan de la Cruz y a San Elías, así como un retablo también del siglo XVI. La iglesia guarda además numerosas reliquias, entre las que se encuentran algunas cartas autógrafas de Santa Teresa de Jesús.



En la parte opuesta de la plaza encontramos el

Monasterio de la Inmaculada Concepción



conocido como el Convento Grande. Este convento fue fundado en 1640 por Don Gaspar de Guzmán y Pimentel Ribera y Velasco de Tovar, Conde-Duque de Olivares y, desde entonces alberga el panteón familiar de sus descendientes, hoy la Casa de Alba.



La iglesia es sobria, como casi todas las construcciones españolas de principios del siglo XVII. Alberga frente al altar una tribuna de hierro desde donde participaba el Conde-Duque y su familia en los oficios religiosos. Esta tribuna estaba directamente comunicada mediante un pasillo con el antiguo y ya destruido Palacio que poseía la familia junto al monasterio.



Actualmente podemos encontrar un fresco de Fernando Calderón en el altar mayor, obra encargada por el Duque de Alba Jacobo Fitz James Stuart Falcó para sustituir las pinturas de Rubens que desaparecieron en el siglo XIX tras la invasión francesa. En el espectacular mural se representa la figura de Santo Domingo de Guzmán rodeado de casi cien figuras de tamaño mayor al natural. En la parte inferior hay diecisiete retratos de los componentes más relevantes de la Casa de Alba, incluido por supuesto el Conde-Duque y la Duquesa Cayetana.

Al entrar en la iglesia, en el lado derecho se encuentra una hermosa reja que daba paso al antiguo panteón del Conde-Duque de Olivares. A principios del siglo XX se anexionó el panteón de la Casa de Alba, cuya construcción fue costeada por la Duquesa doña Rosario Falcó e inaugurado por su hijo Jacobo Fitz James Stuart, padre de la Duquesa Cayetana.

La Cripta de la Casa de Alba

Su interior responde a una planta trilobulada, debajo de la cual hay una cripta. En el lóbulo central se encuentra el altar y en los laterales, colocados en tres alturas, los sarcófagos de mármol negro con inscripciones doradas al fuego, en los que están enterrados algunos miembros de la Casa de Alba. Aquí, se encuentran parte de las cenizas (otra parte están en Sevilla) de la última Duquesa, Cayetana, así como los sarcófagos de sus dos maridos difuntos, Luis Martínez de Irujo y Jesús Aguirre.



En el lateral izquierdo se encuentra la sepultura del Conde-Duque de Olivares y su esposa, Doña Inés de Zúñiga, indicada con una lápida conmemorativa. Ocupando el centro del panteón, la maravillosa y significativa obra del francés Charles Gumery, la escultura yacente de la Condesa de Montijo, Doña Francisca de Sales y Portocarrero, hermana de la Emperatriz de Francia Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, que fue enterrada con honores de Reina.

La visita de Loeches en general y de la cripta de los Alba en particular fue francamente interesante, y tengo que confesar mi absoluto desconocimiento acerca del panteón de la Casa de Alba, no tenía la menor idea de que se encontraba aquí, en Loeches.

Almuerzo

Finalizadas las visitas, a las 14:00 horas nos dirigimos a comer al restaurante. Lo hicimos sentados en una gran mesa corrida en forma de “U”. En el entorno de Pedro y yo se encontraban Elena Romero, Trini y mi compañera Amparo Campa.

La colación consistió en queso para picar; de primer plato entremeses compuestos de croquetas de jamón, langostinos en gabardina con salsa agridulce y pimientos rellenos de bacalao. De segundo plato, a elección, merluza o ragú de ternera; esto último en mi caso. De postre a elección entre varias opciones, en mi caso helado de vainilla. Pan, una bebida a elegir y agua a discreción.

Finalizado el almuerzo, sobre las 16:00 horas nos dirigimos a Mejorada del Campo, a donde llegamos en muy poco tiempo; yo creo que antes de las cuatro y media ya estábamos ante la catedral de Justo Gallego.

MEJORADA DEL CAMPO



Es un municipio de la Comunidad de Madrid, situado en el este metropolitano de la Comunidad Autónoma, a unos 20 Km de Madrid y a unos 15 Km de Alcalá de Henares. Cuenta con un censo de 27.000 habitantes. Está considerada como una ciudad dormitorio, y sin querer desmerecerla, su único polo de atracción es

La Catedral de Justo Gallego



La catedral de Justo, es un edificio de grandes proporciones, a semejanza de una catedral cristiana. Estaba siendo construida como proyecto de autoconstrucción por una sola persona, Justo Gallego Martínez, hasta su fallecimiento hace unos meses con 96 años, cuando la donó a Mensajeros de la Paz para que la acabara.



Justo empezó a edificarla en un terreno de labranza propiedad de su familia el 12 de octubre de 1961, tras ser expulsado del monasterio cisterciense de Santa María de Huerta, en Soria, por estar enfermo de tuberculosis.



Al producirse su curación, como promesa, decidió agradecérselo a Dios y a la Virgen con la construcción de esta obra. Poco a poco, valiéndose del patrimonio familiar de que disponía, vendiendo sus tierras y también gracias a donaciones privadas, fue levantando la catedral.



Justo Gallego dedicó más de 50 años a construir la obra hasta su fallecimiento; a excepción de algunas ayudas esporádicas todo lo hizo con sus propias manos, sin tener ninguna formación relacionada con la construcción. De hecho, sus estudios primarios quedaron interrumpidos al estallar la Guerra Civil. No existen planos ni proyecto oficial de la catedral.



Se trata de un edificio con elementos arquitectónicos destacables. Aunque su constructor lo denomina catedral, y así es conocida, en realidad no es un templo, al no estar consagrado ni ser reconocido como tal por la diócesis de Alcalá de Henares.



Los habitantes de Mejorada del Campo conocen la obra como “la catedral de Justo”, siendo la construcción por la que es conocida esta localidad. En el año 2005 una campaña publicitaria de la bebida Aquarius difundió la existencia de la obra a nivel internacional. El Museo de Arte Moderno de Nueva York mostró fotos de esta original obra arquitectónica es una de sus exposiciones de la temporada 2003-2004.



La catedral, de acuerdo con un pequeño prospecto que nos fue entregado en la misma es “un espacio para acoger a todos, hombres y mujeres, ricos y pobres, para los que creen y para los que no creen, un lugar de encuentro para distintas religiones”.

La obra en cifras es la siguiente:

-      60 años dedicados a la construcción.

-      4.700 metros cuadrados.

-      35 m. de altura en su punto más alto.

-      Planta central de 50 m de largo x 20 m de ancho.

-      Una cripta subterránea.

-      Dos claustros y un baptisterio.

-      12 torreones de 60 m de longitud.

-      28 cúpulas. Una gran cúpula de 35 m.

-      Más de 2.000 vidrieras.

-      Pionero en el uso de materiales reciclados.



Los expedicionarios permanecimos en el edificio sobre una hora recorriéndolo de arriba abajo. La verdad es que impresiona y cuesta mucho creer que sea la obra de un solo hombre sin ningún conocimiento de arquitectura ni ingeniería. Asombroso.

El regreso

A las 17:30 en punto iniciamos nuestro regreso a Madrid, a nuestra sede de Alberto Alcocer, donde llegamos en algo menos de una hora. Me despedí de los compañeros próximos así como de mi amigo Pedro que cogió un taxi para regresar a casa, y yo me dirigí a la boca del Metro de Cuzco. Cogí el tren en dirección Príncipe Pío y una vez allí el Cercanías que me dejó en Las Rozas. Poco después de las siete de la tarde estaba en casa.

Juan José Alonso Panero

Las Rozas de Madrid, 1 de febrero de 2022


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